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Cortocircuito y alteración de la relación

ventilación-perfusión

La vasoconstricción pulmonar hipóxica se refiere al intento de los

pulmones normales de optimizar al máximo la ventilación y la

perfusión (v. también caps. 5 y 34). Esta respuesta contrae los

vasos de las regiones del pulmón que están pobremente ventila-

das y dirige el flujo de sangre a zonas con alveolos bien ventilados.

En la URPA, los efectos residuales de los anestésicos inhalados y

de vasodilatadores como el nitroprusiato o la dobutamina utili-

zada para el tratamiento de la hipertensión sistémica o mejorar

la estabilidad hemodinámica consiguen la abolición de la vaso-

constricción pulmonar hipóxica y contribuyen a la hipoxemia

arterial.

A diferencia de una alteración de la ventilación-perfusión,

un verdadero cortocircuito no responde a la administración de

oxígeno suplementario. Las causas de un cortocircuito pulmonar

en el postoperatorio incluyen atelectasias, edema pulmonar, aspi-

ración gástrica, embolia pulmonar y neumonía. De todas ellas, la

atelectasia es probablemente la más común en el postoperatorio

inmediato. La movilización del paciente, la espirometría incenti-

vada y la presión positiva de la vía aérea con mascarilla pueden ser

eficaz en el tratamiento de las atelectasias.

Incremento de la mezcla venosa

El incremento de la mezcla venosa está relacionado con estados

de bajo gasto cardíaco. Esto se debe a la mezcla de sangre venosa

desaturada con sangre arterial oxigenada. Normalmente, sólo

del 2% al 5% del gasto cardíaco se deriva hacia los pulmones, y

esta sangre de cortocircuito con una saturación venosa mixta

normal tiene un efecto mínimo sobre la Pao

2

. En estados de

bajo gasto cardíaco, la sangre vuelve al corazón muy desaturada.

Además, la fracción de cortocircuito aumenta de manera signi-

ficativa en condiciones en las que se altera la oxigenación alveo-

lar, como es el caso del edema pulmonar y de las atelectasias.

Bajo estas condiciones, la mezcla de sangre de cortocircuito

desaturada con sangre arterial saturada produce un descenso

de la Pao

2

.

Descenso de la capacidad de difusión

Un descenso de la capacidad de difusión puede reflejar una enfer-

medad pulmonar subyacente, como enfisema, enfermedad pulmo-

nar intersticial, fibrosis pulmonar o hipertensión pulmonar pri­

maria. Por todo esto, el diagnóstico diferencial de hipoxemia ar­

terial en la URPA debe incluir la presencia de alguna enfermedad

pulmonar preexistente.

Finalmente, hay que tener siempre presente que una inade-

cuada administración de oxígeno puede ser el resultado de una

desconexión de la fuente de oxígeno o del cierre del depósito

central oxígeno.

Edema pulmonar

El edema pulmonar en el postoperatorio inmediato suele ser de

naturaleza cardiológica secundario a una sobrecarga de volumen

intravascular o a un fallo cardíaco congestivo. Aunque es menos

habitual, el edema pulmonar puede producirse por obstrucción de

la vía aérea (edema pulmonar postobstructivo), por sepsis, o por

transfusión de hemoderivados (daño pulmonar agudo por trans-

fusión [TRALI por sus siglas en inglés]).

Edema pulmonar postobstructivo

El edema pulmonar postobstructivo y la consiguiente hipoxemia

arterial son unas consecuencias raras pero importantes de la obs-

trucción de la vía aérea secundaria a la extubación traqueal tras

una anestesia. El edema pulmonar postobstructivo es un edema

trasudativo producido por una presión intratorácica negativa exa-

gerada, que es generada por un esfuerzo inspiratorio contra una

glotis cerrada. La presión intratorácica negativa que se genera y el

incremento del retorno venoso aumentan el gradiente de presión

hidrostática a través del lecho vascular pulmonar y promueven la

trasudación de fluido. Los pacientes con gran fortaleza muscular

son los que tienen un mayor riesgo de sufrir un edema pulmonar

postobstructivo debido a su capacidad de generar una fuerza ins-

piratoria significativa.

El laringoespasmo es la causa más frecuente de edema pul-

monar postobstructivo en la URPA, pero este edema puede ser

secundario a cualquier causa que obstruya la vía aére

a 32,33

. La hipo­

xemia arterial resultante se manifiesta generalmente a los 90 mi­

nutos de la obstrucción de la vía aérea y se acompaña de infil­

trados algodonosos bilaterales en la radiografía de tórax. El trata-

miento es de apoyo e incluye oxígeno suplementario, diuresis y, en

casos graves, ventilación con presión positiva.

Daño pulmonar secundario a la transfusión

El diagnóstico diferencial del edema pulmonar en la URPA debe

incluir el de daño pulmonar secundario a la transfusión en el caso

de pacientes que han recibido hemoderivados en el intraoperatorio

(v. cap. 45)

34,35

. El daño pulmonar secundario a la transfusión se

manifiesta normalmente una o dos horas después de la transfusión

de sangre total, concentrados de hematíes, plasma fresco congelado

o plaquetas. Como la reacción puede ocurrir incluso a las 6 horas

tras la transfusión, el síndrome puede desarrollarse durante la

Unidad de recuperación postanestésica

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Sección VI

Cuidados postoperatorios

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Figura 75-3

 P

co

2

alveolar como una función ventilatoria en reposo. El

porcentaje indica la concentración de oxígeno inspirado necesaria para

llevar la P alveolar de O

2

a la normalidad.

(Adaptada de

Nunn's Applied

Respiratory Phisiology,

6.

a

ed. Filadelfia, Butterworth-Heinemann, 2005 con

autorización.)