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patognomónica de un estado hipovolémico, mientras que en la hiper-

volemia puede observarse la distensión del ventrículo izquierdo con

una hipofunción e insuficienciamitral como expresiónde un aumento

de tamaño del anillo mitral. Además, el ecocardiograma es una ayuda

inestimable como instrumento diagnóstico (p. ej., detección de la

rotura de un músculo papilar, taponamiento pericárdico, patología

valvular aguda y disección de la aorta ascendente

) 39,40 .

Microcirculación y flujo sanguíneo regional

El mantenimiento de la perfusión microcirculatoria trata de sumi-

nistrar una oxigenación tisular adecuada. En consecuencia, en los

últimos años, se han desarrollado diferentes métodos para visualizar

directamente la microcirculación. La primera técnica disponible

para determinación a la cabecera del paciente fue la microvideosco-

pia del surco ungueal. Por desgracia, las alteraciones locales de la

estructura vascular debidas a los cambios de temperatura y a las

influencias de las sustancias vasoactivas redujeron la fiabilidad de las

lecturas. Además, los resultados no representarían la microcircula-

ción de órganos diana como los intestinos o el cerebro. La técnica de

imágenes espectrales de polarización ortogonal y la técnica en campo

oscuro lateral, introducidas recientemente, se aplican a la superficie

de la mucosa sublingual. Su significado también se ha puesto en duda

por las mismas razones que las de la microvideoscopia. No obstante,

el uso de estas técnicas reveló conceptos interesantes de la fisiopato-

logía hemodinámica de la macro y la microcirculación; por ejemplo,

en la sepsis, cuando es más probable que acontezcan alteraciones

microcirculatorias, la microcirculación mejoró como consecuencia

de la infusión de dobutamina no relacionada con el gasto cardíaco

y la presión arterial medi

a 41 .

Además, en un modelo comparativo de

shock séptico y hemorrágico, también se observaron cambios de la

microcirculación en el shock hemorrágico pero fueron menos pro-

nunciados que en el shock séptico. La reanimación y el restableci-

miento de la macrocirculación dieron lugar a un aumento de la

microcirculación en el shock hemorrágico, mientras que el trata-

miento no mejoró el flujo sanguíneo capilar en el shock séptic

o 42 .

Parece ser que estas técnicas de monitorización de la microcircula-

ción proporcionan información adicional y necesaria para optimizar

la perfusión de los órganos vitales. Sin embargo, puesto que requie-

ren mucho tiempo y no se dispone de criterios de valoración defini-

dos claramente, han de considerarse experimentale

s 43

.

2560

Cuidados postoperatorios

VI

Figura 78-2

 Monitorización hemodinámica básica y avanzada.

A,

Presiones de llenado de las cavidades cardíacas derechas e izquierdas: presión venosa central y

presión de oclusión de la arteria pulmonar. La presión venosa central (PVC) se determina en la transición de la vena cava superior y la aurícula derecha. Para la

determinación de la presión de oclusión de la arteria pulmonar (POAP), se hincha el balón en la punta del catéter de la arteria pulmonar que flota hasta una posición

de enclavamiento. El flujo sanguíneo cesa y se crea una columna hidrostática entre la punta del catéter y la aurícula izquierda.

B,

Índice del volumen telediastólico

continuo (

continuous end-diastolic volume index

[CEDVI]). El volumen telediastólico continuo se determina a partir de la monitorización del gasto cardíaco y el tiempo

de recorrido del indicador en las cavidades cardíacas derechas (indicador: liberación intermitente de pequeñas cantidades de calor del filamento térmico).

C,

Índice

global del volumen telediastólico (

global end-diastolic volume index

[GEDVI]) e índice del volumen sanguíneo intratorácico (

intrathoracic blood volume index

[ITBVI]).

El índice global del volumen telediastólico y el índice del volumen sanguíneo intratorácico se calculan a partir del gasto cardíaco y, tras la inyección a través del

catéter venoso central, el tiempo diferente de paso del indicador y la detección por un catéter arterial en la arteria femoral en cuya punta se coloca un termistor

(v.

fig. 78-3 )

.

D,

Agua pulmonar extravascular (APEV). El APEV se calcula a partir del gasto cardíaco y, tras la inyección a través del catéter venoso central, el tiempo

diferente de paso del indicador y la detección por un catéter arterial en la arteria femoral en cuya punta se coloca un termistor (v.

fig. 78-3 )

.