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bases

se define como la cantidad de bases necesaria para aumentar

1 l de sangre hasta un valor predecible del pH a partir de la Pco

2

real y es un parámetro derivado del HCO

3

y del pH:

Exceso de bases = HCO

3

− 24,8 + (16,2 × [pH − 7,4])

Se ha demostrado que el exceso de bases es un mejor indi-

cador de la hipoperfusión global y el desarrollo de la acidosis

metabólica que el pH, principalmente debido a los mecanismos

fisiológicos compensadores para mantener el pH en unos límites

normale

s 44,45

. Sin embargo, también pueden alterar el exceso de

bases causas diferentes de la hipoperfusión global. Por ejemplo, la

acidosis metabólica hiperclorémica inducida por la infusión de

suero salino normal, la cetoacidosis diabética y la acidosis debida

a insuficiencia renal crónica pueden traducirse en una disminución

del exceso de bases (aumento del déficit de bases

) 46 .

Además de estos parámetros principales que indican hipo-

perfusión global, la gasometría arterial, junto con la monitoriza-

ción hemodinámica avanzada, permiten el cálculo adicional de la

cantidad de oxígeno aportado a los tejidos, expresado como índice

de aporte de oxígeno (

oxygen delivery index

[Do

2

I]):

Do

2

I (ml/min/m

2

) = IC × 13,4 × Hb × Sao

2

donde IC = índice cardíaco, Hb=concentración de hemoglobina y

Sao

2

= saturación de oxígeno arterial.

Este índice puede contribuir a calcular el déficit de suminis-

tro de oxígeno. En diversos estudios se demuestran una mejora en

los resultados del paciente cuando durante la reanimación preope-

ratoria se obtienen valores de este índice superiores a los normales

(

>

600ml/min/m

2

) 47 .

Sin embargo, en los estudios que han aplicado

este concepto a pacientes con traumatismos y sepsis se han descrito

resultados conflictivo

s 48,49

.

Gasometría en sangre venosa

La saturación de oxígeno de la sangre venosa se mide en la arteria

pulmonar (saturación de oxígeno venosa mixta [Sv¯o

2

]) o en la vena

cava superior (saturación de oxígeno venosa central [Scv¯o

2

]) utili-

zando cooximetría para determinar el balance entre el aporte de

oxígeno sistémico y su consumo (es decir, extracción de oxígeno

tisular). Por ejemplo, la hipoperfusión debida a hipovolemia da lugar

a una disminución del aporte de oxígeno. La determinación de la

Sv¯o

2

requiere la inserción de un catéter en la arteria pulmonar y,

para evitar el riesgo inherente relacionado con su utilización, se

recomienda una valoración de Scv¯o

2

a través de un catéter venoso

centra

l 50

. La Sv¯o

2

refleja la extracción de oxígeno de todo el orga-

nismo mientras que la Scv¯o

2

tan sólo refleja la del cerebro y la parte

superior del cuerpo. En condiciones fisiológicas los valores de Scv¯o

2

sonmás bajos que los de Sv¯o

2

(mayor extracción cerebral de oxígeno),

mientras que, en un paciente sedado tras cirugía abdominal mayor,

los valores de Sv¯o

2

pueden ser sustancialmente más bajos (mayor

extracción intestinal de oxígeno). Por esta razón, se ha argumentado

que no pueden usarse ambos parámetros de manera intercambia-

bl

e 51 .

Sin embargo, puesto que las tendencias de ambos muestran una

correlación apropiad

a 52

, son instrumentos útiles para la valoración

del balance hídrico y la reanimación con líquidos en situaciones

hemodinámicas complejas. Dado que se requieren gasometrías fre-

cuentes, ha de considerarse el uso de un catéter modificado de la

arteria pulmonar o un catéter venoso central (con sensores de fibra

óptica para determinar la saturación de oxígeno).

Parámetros de función renal

En un paciente sin nefropatía ni tratamiento diurético, la hipovo-

lemia y la hipoperfusión renal provocan un aumento de la reabsor-

ción de urea y un aumento proporcionalmente mayor del BUN que

de la creatinina plasmática. Por tanto, el cociente

BUN:creatinina

puede aumentar desde 10:1 hasta

20:1 y ayuda a valorar la

volemia del paciente. No obstante, una mayor producción de urea

(hiperalimentación, tratamiento glucocorticoide y hemorragia gas-

trointestinal) también puede aumentar este cociente.

Puesto que la respuesta apropiada a un déficit de líquidos es

una mayor reabsorción renal de agua y Na

+

, la composición de la

orina suele reflejar el equilibrio hídrico del paciente. En un paciente

hipovolémico, en general, la osmolalidad y la densidad específica

urinaria son

>

450mOsm/kg y 1,015g/ml debido a la concentración

máxima de la orina (aumento de la secreción de AVP). Además, en

la hipovolemia la natriuria suele ser inferior a 20mEq/l. Por ejemplo,

si, tras la fluidoterapia, continúa siendo

<

20mEq/l, los riñones están

detectando una hipovolemia persistente y deben administrarse más

líquido. Sin embargo, el uso de las natriurias no puede aplicarse a

un paciente edematoso con insuficiencia cardíaca o cirrosis. En

estos pacientes, la concentración urinaria de Na

+

es un marcador de

depleción del volumen circulante efectivo pero no forzosamente un

indicador de la necesidad de más líquido. Además, su concentración

no refleja la volemia en procesos asociados con un deterioro de la

reabsorción de Na

+

, como en la necrosis tubular aguda. Otra excep-

ción es la hipovolemia debida a vómitos, porque la alcalosis meta-

bólica asociada y el aumento del bicarbonato filtrado deterioran la

reabsorción proximal de este catión. En este caso, el Cl

urinario es

bajo (

<

20mEq/l). Por último, en la hipovolemia debida a diabetes

insípida, la osmolalidad y densidad específicas urinarias son indi-

cativas de una dilución inapropiada de la orina.

Tratamiento de las alteraciones

de la homeostasia hídrica

El mantenimiento de una homeostasia hídrica óptima constituye un

reto decisivo en el período postoperatorio para la perfusión ade-

cuada de tejidos y órganos. Si se altera, se requieren intervenciones

terapéuticas para que el paciente la recupere. En pacientes en período

postoperatorio el objetivo de la fluidoterapia esmantener un volumen

circulatorio efectivo al mismo tiempo que se evita un edema siempre

que sea posible. Es preciso proporcionar el tipo y cantidad apropia-

dos de líquido y/o tratamiento de soporte cardíaco si el volumen

circulante efectivo es bajo (hipovolemia absoluta o relativa). Por otra

parte, si el paciente presenta un volumen de líquido intravascular

excesivo, será necesario considerar una restricción y eliminación de

líquidos (tratamiento farmacológico o diálisis).

Fluidoterapia de mantenimiento

En el período postoperatorio la fluidoterapia de mantenimiento trata

de preservar el equilibrio hidroelectrolítico. Debe reponer las pérdidas

hidroelectrolíticas continuadas en condiciones fisiológicas normales.

Puesto que estas pérdidas representan 30-35ml/kg/día (del orden de

2.100-2.500ml/día para un adulto de 70kg de peso), es preciso propor-

cionar lamisma cantidadde líquidos paramantener unbalance hídrico

fisiológico. Las necesidades de fluidoterapia demantenimiento pueden

calcularse de acuerdo con la norma 4-2-1 en el período postoperatorio

y se reponen por vía intravenosa con soluciones cristaloides isotónicas

mientras el paciente permanece en dieta absoluta

( tabla 78-10 )

.

Además de calcular y determinar las entradas y salidas netas

de líquido (de acuerdo con la cantidad de líquidos administrados

y eliminados), es preciso pesar diariamente al paciente para calcu-

lar la ganancia o pérdida neta de líquidos porque las pérdidas

gastrointestinales, urinarias e insensibles pueden ser impredecibles

y difíciles de monitorizar en pacientes después de la cirugía.

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Cuidados postoperatorios

VI