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previo ha sido identificado como factor de riesgo significativo a 3 me­

se

s 86 .

Ancelin y cols

. 19

apreciaron correlación entre deterioro cog­

nitivo postoperatorio y mayor edad, bajo nivel de educación, mal

rendimiento en las pruebas preoperatorias, depresión y tipo de anes-

tesia (general frente a epidural). Sin embargo, en un estudio desarro-

llado por Leung y cols

. 85

no se hallaron diferencias significativas

entre los tipos de anestesia utilizados o el uso de óxido nitroso.

Tipo de cirugía

Cirugía menor

Los estudios sobre DCPO tras cirugía menor se han centrado funda-

mentalmente en los resultados inmediatos tras cirugía ambulatoria.

Heath y cols

. 87

aleatorizaron a 60 pacientes de edades comprendidas

entre los 18 y los 60 años, para que recibieran como anestésico tio-

pentona o propofol. Se incluyeron además 30 controles del mismo

intervalo de edades. Aunque se observaron significativas diferencias

entrepacientes y controles enel rendimientoneuropsicológico1 y 2horas después de la cirugía, éstas desaparecieron en un plazo de 24 ho­

ras. En otro estudio más pequeño realizado en pacientes de cirugía

ambulatoria no se apreciaron diferencias significativas en los resulta-

dos de las pruebas NP entre 20 pacientes (de edades entre 21 y 45 años)

y 10 controles de la lista de espera. Ambos grupos fueron sometidos

a pruebas en 2 ocasiones, con un intervalo aproximado de 4 ho­

ra

s 88

. El grupo del estudio ISPOCD reclutó a 372 pacientes some­

tidos a cirugía menor, en régimen tanto hospitalario como ambulatorio

89 .

A los 7 días se registróDCPOen 22/323 (6,8%). De 164 pacientes

hospitalizados, 16 (9,8%) presentaron DCPO, mientras la disfunción

afectó 5/141 (3,5%) de los pacientes ambulatorios (

P

=0,033), aunque

la asignación a los grupos no fue aleatoria. A los 3 meses no se apre-

ciaron diferencias significativas en la incidencia de DCPO en ambos

grupos (8,8% para los hospitalizados y 4,5% para los ambulatorios).

En un reciente estudio, más reducido, 30 pacientes de entre

65 y 86 años de edad fueron sometidos a valoración a las 24 horas

de la cirugía, observándose DCPO en el 47% de los participantes,

sin diferencias entre la anestesia con propofol y con sevofluran

o 90

.

Resumiendo, la DCPO después de 1 semana parece ser

mucho menos frecuente tras cirugía menor que tras cirugía mayor.

En la explicación de esta diferente incidencia pueden verse impli-

cados diversos factores, como la obvia diferencia en el nivel de

traumatismo quirúrgico, la respuesta al estrés postoperatorio y la

duración de la recuperación después de la intervención. Hall y

cols

. 91

comunicaron la existencia de correlación entre la respuesta

inflamatoria medida en función de la interleucina (IL)-6 y el grado

de recuperación funcional tras artroplastia de cadera. La relación

entre recuperación cognitiva y respuesta inflamatoria está siendo

objeto de investigación en la actualidad.

Endarterectomía carotídea

La endarterectomía carotídea ha sido considerada como técnica

que requiere especial atención en este contexto

(v. cap. 52).

Se efectúa a pacientes con estenosis importante (

>

70 o

>

90%)

de la arteria carótida interna. Postoperatoriamente, las complicacio-

nes neurológicas pueden darse por isquemia cerebral, embolia o

hiperperfusión cerebral. Por otra parte, algunos autores han indicado

que puede registrarse una mejora de la función cerebral cuando se

ha corregido previamente la perfusión cerebral o, tal vez, debido a

que la placa carotídea es fuente de émbolos cerebrales. Sin embargo,

los estudios neuropsicológicos realizados en este ámbito han dado

lugar a resultados inconsistentes, cuya falta de validez se ha puesto

especialmente de relieve en dos revisiones sistemática

s 92,93 .

La mejora

del rendimiento cognitivo tras endarterectomía carotídea se comu-

nicó en el 50% de los estudios, siendo del 43% en porcentaje en el que

no se registró cambio o deterioro en uno de dichos estudio

s 93 .

Anestesia regional frente a anestesia

general

Dado que la anestesia general es un importante factor de desarrollo

de DCPO, cabe presuponer que la anestesia regional reducirá su

incidencia (v. cap. 41). Un estudio inicial desarrollado en 60 pacien-

tes (con una media de edad de 70 años) comunicó una diferencia

significativa entre la anestesia general y la regional en operaciones

de sustitución de cadera. Los pacientes fueron aleatorizados para

recibir anestesia general o epidural. Aunque formalmente no se

realizaron pruebas NP, se refirieron «cambios mentales» (falta de

orientación y amnesia sobre los datos personales) en 0/29 pacientes

tratados con anestesia epidural y en 7/31 tratados con anestesia

general (

P

=0,01

) 94 .

En los estudios aleatorizados que se han realizado utilizando

pruebas NP tras cirugía no se ha podido definir un cuadro conclu-

yente durante la primera semana del postoperatorio. Se ha comuni-

cado un mejor rendimiento de las pruebas NP en los exámenes

realizados entre las 6 primeras horas y los 4 primeros días en la semana

siguiente a la anestesia genera

l 12,95,96

, que en el período más significa-

tivo para la detección de DCPO (v. texto anterior). En cambio, no se

detectaron ventajas sustanciales de la anestesia regional

( tabla 79-3

).

Las limitaciones metodológicas podrían constituir un importante

factor de confusión, ya que en este tipo de estudios el ciego de los

pacientes o de los operadores puede resultar difícil de conseguir.

En el mayor estudio realizado hasta la fecha a este respecto no

se apreciaron diferencias significativas entre anestesia general y regio-

nal, ni 1 semana después de la cirugía (anestesia general=37/188

[19,7%], anestesia regional=22/176 [12,5%],

P

=0,06), ni 3 meses

después de la intervención (anestesia general=25/175 [14,3%], anes-

tesia regional=23/165 [13,9%],

P

=0,93

) 97 .

La anestesia regional resultó

insatisfactoria en 24 pacientes asignados a esta pauta, por lo que fue

necesario aplicarles anestesia general. También 35 pacientes asignados

a anestesia general recibieron en realidad anestesia espinal o epidural.

No todos de los 59 pacientes completaron el estudio, aunque cuando

fueron excluidos en un

análisis conforme al protocolo

, se apreció una

diferencia significativa en la incidencia de DCPO 1 semana después

de la cirugía entre el grupo de anestesia general, con 33/156 (21,2%),

y el de anestesia regional, con 20/158 (12,7%) (

P

=0,04). En cambio,

la diferencia desapareció a los 3 meses de la operación.

No existen evidencias firmes de que la función cognitiva se

vea menos afectada tras anestesia regional que tras anestesia

general. Sin embargo, sí hay otras complicaciones que han demos-

trado ser menos habituales tras esta última modalida

d 98–100 .

En la actualidad resulta difícil realizar estudios sobre esta

cuestión, ya que numerosos pacientes, cirujanos y anestesiólogos

mantienen criterios sólidamente arraigados sobre la modalidad

anestésica que prefieren. Las razones sonmuy variables, aunque cabe

citar entre ellas la reducción de la incidencia de la trombosis venosa

profunda o de la hemorragia con uso de anestesia regional.

Consideraciones etiológicas

La etiología de la DCPO no ha podido determinarse con precisión,

aunque es probable que se deba a las lesiones en las células cere-

brales inducidas por sustancias tóxicas o por hipoxia. Entre las

primeras pueden contarse fármacos, como los anestésicos genera-

les o los analgésicos, pero también hormonas o mediadores infla-

matorios liberados como consecuencia de la propia cirugía. La

hipoxia puede deberse a hipoxemia arterial o a baja perfusión,

inducidas por bajo gasto cardíaco, distribución inapropiada del

flujo sanguíneo, trombosis o embolia.

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Cuidados postoperatorios

VI