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Los cambios de temperatura influyen también a la hora de

interpretar los resultados de la monitorización del bloqueo neuro-

muscular. Por ejemplo, la duración de la acción del vecuronio

medida en el brazo enfriado hasta una temperatura cutánea de

27 °C se prolonga y la monitorización mediante recuento postetá-

nico en este brazo no es fiabl

e 280 .

En el mismo paciente las respues-

tas del TOF serán diferentes si los brazos se encuentran a

temperaturas distintas, y la correlación de las respuestas en los dos

brazos es progresivamente peor cuando la diferencia de tempera-

tura entre ambos brazos aument

a 281 .

La hipotermia leve no altera la eficacia de la neostigmin

a 282-284 .

En pruebas con voluntarios, la hipotermia no ha modificado el

aclaramiento, el efecto máximo o la duración de la acción de la

neostigmin

a 284 .

Interacciones con magnesio y calcio

El sulfato de magnesio, administrado como tratamiento de la pre-

eclampsia y la toxemia por eclampsia, potencia el bloqueo neuro-

muscular inducido por bloqueantes neuromusculares no

despolarizantes (v. cap. 59

) 285,286 .

Tras administrar una dosis de

40mg/kg de sulfato de magnesio, la DE

50

del vecuronio se redujo

un 25%, el tiempo de aparición se redujo casi a la mitad y el tiempo

de recuperación casi se duplic

ó 286 .

En pacientes tratados con mag-

nesio también se atenúa la recuperación inducida por la neostig-

min

a 285 .

Los mecanismos responsables de la potenciación del

bloqueo no despolarizante por el magnesio pueden implicar tanto

a efectos preunión como a efectos postunión. Altas concentracio-

nes de magnesio inhiben los canales de calcio en las terminaciones

nerviosas presinápticas que estimulan la liberación de acetilco-

lin

a 14

. Además, los iones magnesio tienen un efecto inhibidor de

los potenciales postunión y pueden reducir la excitabilidad de las

membranas de las fibras musculares. En pacientes tratados con

magnesio hay que reducir las dosis de bloqueantes neuromuscula-

res no despolarizantes y ajustarlas cuidadosamente con un estimu-

lador nervioso para garantizar la recuperación adecuada de la

función neuromuscular al final de la intervención.

La interacción entre magnesio y succinilcolina es con-

trovertida. Sin embargo, los resultados más recientes sugieren

que el magnesio antagoniza el bloqueo producido por la

succinilcolina

287 .

El calcio estimula la liberación de acetilcolina de la termi-

nación nerviosa motora e induce el acoplamiento excitación-con-

tracción en el múscul

o 14

. El aumento de las concentraciones de

calcio reduce la sensibilidad frente a la dTc y al pancuronio en un

modelo músculo-nervi

o 288 .

En el hiperparatiroidismo, la hipercal-

cemia se asocia a una reducción de la sensibilidad frente al atracu-

rio y, por tanto, a una menor duración temporal del bloqueo

neuromuscula

r 289 .

Interacciones con el litio

El litio sigue siendo el fármaco de elección para el tratamiento del

trastorno afectivo bipolar (enfermedad maniacodepresiva). El ion

litio se parece al sodio, potasio, magnesio y calcio y puede condi-

cionar la distribución y cinética de todos estos electrólito

s 290 .

El litio

penetra en las células a través de los canales de sodio y tiende a

acumularse en su interior.

Mediante la activación de los canales de potasio, el litio

inhibe la transmisión neuromuscular a nivel presináptico y la con-

tracción muscular a nivel postsináptic

o 291 .

La combinación de litio

y de pipecuronio provoca una inhibición sinérgica de la transmi-

sión neuromuscular, mientras que la combinación de litio y de

succinilcolina consigue una inhibición aditiv

a 291 .

Se han observado

casos de prolongación del bloqueo neuromuscular en pacientes

que tomaban carbonato de litio y bloqueantes neuromusculares

despolarizante

s 282

y no despolarizante

s 292 .

Tan sólo en un trabajo

no se pudo demostrar la prolongación de la recuperación de suc-

cinilcolina en pacientes tratados con liti

o 293 .

En pacientes estabili-

zados con tratamiento con litio que se someten a una intervención

quirúrgica, los bloqueantes neuromusculares se deben administrar

en dosis progresivas y reducidas, que se ajustarán según el grado

de bloqueo necesario.

Interacciones con los anestésicos locales

y los fármacos antiarrítmicos

Los anestésicos locales actúan sobre las membranas presinápticas,

postsinápticas y musculares. Cuando se administran en dosis intra-

venosas altas, la mayoría de los anestésicos locales bloquean la

transmisión neuromuscular; en dosis más bajas fomentan el

bloqueo neuromuscular que se consigue mediante los bloqueantes

neuromusculares despolarizantes y no despolarizante

s 294 .

No se ha

estudiado la capacidad de la neostigmina para antagonizar el

bloqueo neuromuscular combinado con anestésicos locales. La

procaína inhibe también la butirilcolinesterasa y puede aumentar

los efectos de la succinilcolina y el mivacurio al reducir su hidrólisis

por la enzima.

En dosis intravenosas bajas, los anestésicos locales deprimen

la potenciación postetánica, algo que se considera un efecto neural

preunió

n 295 .

En dosis más altas, los anestésicos locales bloquean las

contracciones musculares inducidas por acetilcolina, lo que sugiere

que ejercen un efecto estabilizador a nivel de la membrana post­

unió

n 296 .

La procaína desplaza al calcio del sarcolema, de forma que

inhibe la contractura inducida por cafeína del músculo esquelé-

tico

297 .

La mayoría de estos mecanismos de acción se pueden aplicar

probablemente a todos los anestésicos locales.

Varios fármacos que se utilizan para el tratamiento de las

arritmias aumentan el bloqueo inducido por bloqueantes neuro-

musculares. La electromiografía de fibra aislada ha demostrado que

el verapamilo y la amlodipina alteran la transmisión neuromuscu-

lar en pacientes que no tienen enfermedad neuromuscula

r 298 .

Las

publicaciones clínicas han sugerido que con el verapamilo se

produce una potenciación del bloqueo neuromuscula

r 299

y altera-

ciones de la reversión del vecuronio en un paciente tratado con

disopiramid

a 300 .

Sin embargo, la importancia clínica de estas inte-

racciones es probablemente menor.

Interacciones con los fármacos

antiepilépticos

Los fármacos anticomiciales tienen una acción depresora de la

liberación de acetilcolina en la unión neuromuscula

r 301 .

Los pacien-

tes que reciben tratamiento crónico con anticomiciales han mos-

trado resistencia frente a los fármacos bloqueantes musculares no

despolarizantes (salvo el mivacuri

o 302

y posiblemente el atracu-

ri

o 301 )

, lo que se ha puesto de manifiesto con una recuperación

acelerada del bloqueo neuromuscular y la necesidad de utilizar

dosis más altas para conseguir el bloqueo neuromuscular completo.

La eliminación de vecuronio se duplica en pacientes tratados de

forma crónica con carbamacepin

a 303 .

Sin embargo, algunos inves-

tigadores atribuyen esta resistencia a un aumento de la unión (es

decir, una reducción de la fracción libre) de los bloqueantes neu-

romusculares a las glucoproteínas ácidas

a

1

o a la regulación al alza

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Farmacología y anestesia

II