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de los receptores de acetilcolina neuromusculares (o a ambos

mecanismos

) 204 .

Esto último podría explicar la hipersensibilidad

que se ha observado con la succinilcolin

a 205 .

La ligera prolongación

de la acción de la succinilcolina en pacientes que toman anticomi-

ciales tiene pocas implicaciones clínicas. Por otro lado, es motivo

de preocupación la posible respuesta hiperpotasémica a la succini-

lcolina ante una regulación al alza de los receptores.

Interacciones con los diuréticos

En pacientes sometidos a un trasplante renal, la intensidad y dura-

ción del bloqueo neuromuscular con dTc aumenta tras una dosis

de furosemida (1mg/kg intravenoso

) 306 .

Con la furosemida se ha

observado una reducción de la concentración de dTc necesaria

para conseguir una depresión del 50% de la tensión de contrac-

ción en el diafragma de rata estimulado de forma indirecta, y la

intensificación del bloqueo neuromuscular producido por la dTc

y la succinilcolin

a 307 .

Parece que la furosemida inhibe la produc-

ción de adenosina monofosfato cíclico. Además, se inhibe la

degradación de adenosina trifosfato, lo que se traduce en una

menor liberación de acetilcolina. La acetazolamida antagoniza los

efectos de la anticolinesterasa en la preparación de diafragma-

frénico de rat

a 308 .

Sin embargo, en un trabajo realizado la admi-

nistración de 1mg/kg de furosemida facilitó la recuperación de la

respuesta de contracción evocada tras la administración de pan-

curoni

o 309 .

El tratamiento crónico con furosemida no afectó al

bloqueo neuromuscular inducido por dTc o pancuroni

o 310 .

Por el contrario, parece que el manitol no afecta al bloqueo

neuromuscular no despolarizante. Además, al aumentar la diuresis

mediante la administración de manitol u otros diuréticos osmóti-

cos o tubulares no se modifica la velocidad de eliminación de la

dTc en la orina y posiblemente tampoco de otros bloqueantes neu-

romusculare

s 126 .

Sin embargo, esta falta de efecto sobre la excreción

de la dTc no debe resultar sorprendente. La excreción urinaria de

todos los bloqueantes neuromusculares de acción prolongada

depende principalmente de la filtración glomerular. El manitol es

un diurético osmótico que ejerce sus efectos modificando el gra-

diente osmótico en los túbulos proximales, de forma que se retiene

agua en su interior. Por tanto, el aumento del volumen de orina en

pacientes con un filtrado glomerular adecuado no debería aumen-

tar la excreción de los bloqueantes neuromusculares.

Interacciones con otros fármacos

El dantroleno (v. cap. 27) es un fármaco que se utiliza en el trata-

miento de la hipertermia maligna que inhibe la liberación de

calcio del retículo sarcoplásmico y bloquea el acoplamiento exci-

tación-contracción. Aunque no bloquee la transmisión neuromus-

cular, se deprime la respuesta mecánica ante la estimulación, con

la consiguiente potenciación del bloqueo neuromuscular no

despolarizant

e 88 .

La azatioprina, un fármaco inmunodepresor que se utiliza

en pacientes sometidos a trasplante renal, tiene una acción antago-

nista menor sobre el bloqueo neuromuscular inducido por relajan-

tes musculare

s 311 .

Los esteroides antagonizan los efectos de los bloqueantes

neuromusculares no despolarizantes en seres humano

s 312

y en ani-

male

s 313 .

Los posibles mecanismos de esta interacción incluyen la

facilitación de la liberación de acetilcolina por los efectos de los

esteroides sobre la terminación nerviosa motora presináptic

a 314

y

el bloqueo de los canales del nACh

R 315 .

Los esteroides endógenos

actúan de forma no competitiva sobre los nACh

R 316 .

El tratamiento

prolongado con una combinación de corticoides y fármacos blo-

queantes neuromusculares puede provocar una debilidad prolon-

gada en pacientes críticos (v.sección «Bloqueantes neuromusculares

y síndromes de debilidad en pacientes críticos» más adelante).

Los antiestrógenos, como el tamoxifeno, parecen potenciar los

efectos de los bloqueantes neuromusculares no despolarizante

s 317

.

Recuperación del bloqueo

neuromuscular

En la década de 1970,Ali y cols

. 318

describieron que una proporción

de TOF de 0,6 era indicativa de una recuperación adecuada de la

potencia neuromuscular. A pesar de ello, en 1997, una proporción

de TOF de 0,7 en voluntarios no anestesiados se asoció a dificultad

para hablar y tragar, debilidad de la musculatura facial, trastornos

visuales e incapacidad para sentarse sin ayud

a 319 .

También se ha

visto en voluntarios humanos que proporciones de TOF de 0,6-0,7

se asociaban a una reducción del tono del esófago superior, con

una menor coordinación de la musculatura esofágica durante la

deglució

n 320,321 .

El estudio radioscópico de estos individuos demos-

tró que existía una disfunción faríngea importante que aumentaba

el riesgo de aspiración entre cuatro y cinco veces. Con la recupe-

ración de una proporción de TOF de 0,9, el tono esofágico y la

coordinación faríngea volvían a valores basale

s 320,321 .

La parálisis residual reduce también el impulso ventilatorio

hipóxico

( fig. 19-23 ) 322,323 ,

lo que se debe a la inhibición de la res-

puesta neural del cuerpo carotídeo ante la hipoxi

a 324 .

El vecuronio

reduce la actividad del nervio del seno carotídeo en respuesta a la

hipoxia de una forma dependiente de la dosis, probablemente por

su interacción con la quimiotransducción nicotínica del cuerpo

carotídeo.

Tras la administración de fármacos bloqueantes neuromus-

culares no despolarizantes hay que conseguir una recuperación

de la función neuromuscular normal. Se ha debatido sobre si el

grado de recuperación se corresponde con una proporción de

TOF de 0,7, 0,8 o 0,9, y en una reciente recomendación interna-

cional se ha planteado que la proporción de TOF de 0,9 es el

punto de corte recomendado para la recuperación tras el bloqueo

con agentes neuromusculares no despolarizantes. Es evidente que

el clínico tiene una capacidad limitada para medir el grado de

bloqueo neuromuscular residual. Los trabajos llevados a cabo por

Kopman y cols.

319

con voluntarios sanos han demostrado que

cuando éstos podían oponer sus incisivos para sujetar el depresor

lingual, su proporción de TOF era de 0,8 como media, y el valor

mínimo, de 0,68. Esta prueba de potencia muscular tiene, sin

embargo, una utilidad limitada en pacientes con intubación

traqueal.

En el capítulo 37 se resumen las recomendaciones para la

detección y prevención del bloqueo neuromuscular residual.

La recuperación de la relajación muscular causada por blo-

queantes neuromusculares no despolarizantes depende de varios

factores. En primer lugar, del aumento de la concentración de ace-

tilcolina en relación con la del relajante para superar el bloqueo

neuromuscular competitivo. Aunque la neostigmina aumenta la

concentración de acetilcolina, al final se debe eliminar el relajante

muscular. El aumento relativo de la concentración de acetilcolina

depende en primer lugar del desplazamiento mantenido del rela-

jante muscular desde la placa terminal motora hasta la circulación

central y de su posterior eliminación de la sangre circulante, de

forma que no tiene libertad para desplazarse hacia la hendidura

sináptica. En último término, la recuperación depende de la elimi-

nación del bloqueante neuromuscular del organismo. Los blo-

Farmacología de los relajantes musculares y sus antagonistas

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Sección II

Farmacología y anestesia

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