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Concentración de anestésico inhalatorio

Varios estudios han demostrado que el antagonismo del bloqueo

residual, en realidad, se retrasa con concentraciones anestésicas de

vapores anestésico

s 351,352 .

Por ejemplo, la reversión del rocuronio

por neostigmina utilizando sevoflurano como anestésico (y, en

menor medida, isoflurano) se produjo de forma más lenta que

cuando se empleaba propofo

l 352 .

El sevoflurano puede dificultar el

antagonismo inducido por neostigmina más que el isofluran

o 351 .

Cuando se compara con la recuperación tras la anestesia con

isoflurano, la recuperación de la anestesia provocada con desflu-

rano o sevoflurano es larg

a 343 .

La retirada del vapor anestésico al

final de la intervención, con la consiguiente reducción de la poten-

ciación del bloqueo neuromuscular, acelerará la reversión

farmacológic

a 328 .

Recomendaciones clínicas

Cuando se antagonizan los niveles profundos del bloqueo neuro-

muscular (un 10% de recuperación o una contracción como res-

puesta a la estimulación de TOF), se deben administrar dosis más

altas de anticolinesterásicos (p. ej., 35

m

g/kg de neostigmina) y se

debe dejar un tiempo adecuado para que se produzca la recupe-

ración de la función neuromuscular. El tiempo necesario para

recuperar una proporción de TOF de 0,7 serán unos 60 minutos

con los fármacos bloqueantes neuromusculares de acción prolon-

gada (pancuronio) y 30 minutos para los de acción intermedia

(rocuronio). Para antagonizar grados menores de bloqueo, se

pueden administrar dosis menores de anticolinesterásicos, con

una cantidad adicional si no se consigue la recuperación adecuada

en 10 minutos.

No es recomendable administrar anticolinesterasa adicio-

nal cuando no se consigue antagonizar el bloqueo residual con

dosis máximas de edrofonio (1,5mg/kg), neostigmina (70

m

g/kg)

o piridostigmina (350

m

g/kg

) 340

. La administración de una canti-

dad excesiva de anticolinesterasa para antagonizar el bloqueo

neuromuscular residual puede debilitar a los pacientes

326,354,355 .

Estas dosis inhiben la acetilcolinesterasa por completo, y si no

consiguen un antagonismo completo del bloqueo residual hay

que buscar otra causa probable para este antagonismo inade-

cuado. En las secciones siguientes se describen algunas de las

posibles causas de este antagonismo inadecuado del bloqueo

neuromuscular.

Equilibrio ácido-básico

La acidosis metabólica y respiratoria puede aumentar el bloqueo

inducido por un bloqueante neuromuscular no despolarizante,

pero sólo la acidosis respiratoria puede impedir un antago-

nismo adecuad

o 338,356

. La probabilidad de conseguir un anta-

gonismo adecuado del bloqueo neuromuscular no despolarizante

en presencia de una acidosis respiratoria importante (presión

parcial de dióxido de carbono en gases arteriales

>

50 mmHg)

es baja. Por tanto, los intentos de antagonizar el bloqueo resi-

dual pueden fracasar en pacientes con hipoventilación. La

administración de narcóticos para aliviar el dolor puede aumen-

tar el riesgo de este efecto adverso porque produce una hipo-

ventilación. Aunque, en teoría, la acidosis metabólica puede

también evitar el antagonismo por la neostigmina, esta hipóte-

sis no se ha demostrado

338,356 .

La alcalosis metabólica, pero no

la acidosis metabólica, impide el antagonismo por la neostig-

mina de la dTc y el pancuroni

o 338,356,357

. Estos resultados sugie-

ren que el pH extracelular no es tan importante como los

cambios de las concentraciones de electrólitos y el pH

intracelular.

Desequilibrio de electrólitos

Existen pocos datos sobre el efecto que tienen los desequilibrios de

electrólitos sobre el antagonismo del bloqueo neuromuscular no

despolarizante inducido por neostigmina. Las concentraciones

extracelulares bajas de potasio potencian el bloqueo por los blo-

queantes neuromusculares no despolarizantes y reducen la capaci-

dad de la neostigmina de antagonizar el bloqueo. Este efecto se

debe al aumento del potencial transmembrana de la placa terminal

secundario al aumento del cociente entre el potasio intracelular y

extracelular. Por tanto, la reducción del potasio extracelular causa

hiperpolarización y produce resistencia a la despolarización. Los

pacientes con trastornos del potasio pueden sufrir otras enferme-

dades o lesiones que modifican la respuesta a los bloqueantes neu-

romusculares (p. ej., pacientes con quemaduras). Además, la

deshidratación grave concentrará el bloqueante neuromuscular del

plasma, reduciendo el volumen de distribución y aumentando la

actividad relajante muscular. En un modelo animal de hipopotase-

mia crónica se administró a gatos durante 15 días un diurético sin

suplementos de potasio. Se necesitó menos pancuronio para el

bloqueo neuromuscular y más neostigmina para el antagonism

o 358 .

Aunque las diferencias fueron pequeñas, el bloqueo siempre se

antagonizó por completo. Si se asume que este modelo animal

se parece a la situación clínica, parece que los cambios del potasio

tienen consecuencias relativamente menores con respecto al pro-

blema clínico de la adecuación de la reversión.

Otros factores

El calcio antagonista verapamilo potencia los fármacos bloquean-

tes neuromusculares no despolarizantes y puede dificultar la rever-

sión adecuad

a 359,360 .

Cuando se intenta revertir el bloqueo

neuromuscular en pacientes tratados con verapamilo, el edrofonio

puede resultar más eficaz que la neostigmin

a 359,360

. Otros factores

que pueden interferir con el antagonismo son la hipotermia y la

administración de antibióticos, sobre todo de las clases aminoglu-

cósidos o polipéptidos (v. sección sobre interacciones medicamen-

tosas

) 271 .

En el caso de los antibióticos, la administración de un

fármaco anticolinesterasa puede en realidad profundizar el

bloqueo.

Efectos secundarios

de los anticolinesterásicos

Efectos cardiovasculares

Dado que sólo se desean los efectos nicotínicos del edrofonio, de

la neostigmina y de la piridostigmina, los efectos muscarínicos se

deben bloquear con atropina o glucopirrolato. La atropina induce

su efecto vagolítico con mucha mayor rapidez que el glucopirrolato.

Para reducir al mínimo los cambios cardiovasculares, la atropina

resulta más adecuada para ser administrada con el edrofonio de

acción rápida, mientras que el glucopirrolato lo es para la adminis-

tración con neostigmina y piridostigmina, de acción más lent

a 361 .

En general, se deberían administrar 7-10

m

g/kg de atropina con

0,5-1mg/kg de edrofoni

o 337 .

Si surge el problema de posibles arrit-

mias cardíacas, puede ser mejor el glucopirrolato que la atropin

a 362 ,

y los anticolinérgicos y anticolinesterásicos se deben administrar

más lentamente (p. ej., 2-5 minutos) para reducir la incidencia y

gravedad de los trastornos del ritmo.

Náuseas y vómitos

Los efectos de la administración de anticolinesterasa sobre las

náuseas y vómitos postoperatorios son controvertidos. La neostig-

mina se ha relacionado como una de las causas de náuseas y

Farmacología de los relajantes musculares y sus antagonistas

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Sección II

Farmacología y anestesia

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