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Se ha investigado la utilidad del BIS (Aspect Medical Systems,

Inc.) para prevenir la consciencia en tres estudios grandes. Ekman y

cols

. 88

realizaron un estudio de cohorte prospectivo en pacientes

suecos que se sometieron a cirugía no cardíaca bajo anestesia general

y relajante con vigilancia rutinaria del BIS. Los pacientes se entrevis-

taron tres veces con un cuestionario de Brice modificado. La inci-

dencia de consciencia disminuyó significativamente en el grupo en

el que se vigiló el BIS en comparación con un grupo de control

histórico sin vigilancia del BIS (el 0,04 frente a 0,18%;

p

=0,038).

Myles y cols

. 55

realizaron un estudio controlado aleatori-

zado internacional en 2.463 pacientes con riesgo elevado de cons-

ciencia que se sometieron a todos los tipos de cirugía bajo

anestesia general y relajante (el ensayo B-Aware). Los pacientes

se seleccionaron al azar para recibir anestesia guiada por BIS (BIS

titulado a 40-60) o cuidados habituales y se entrevistaron tres

veces con un cuestionario de Brice modificado. La incidencia

global de consciencia fue del 0,5%. Hubo dos casos confirmados

de consciencia en el grupo guiado por BIS y 11 casos confirma­

dos en el grupo de control (odds ratio

,

0,18; intervalo de con-

fianza del 95%, 0,02 a 0,84;

p

= 0,22). En ningún caso se predijo

la consciencia por los signos clínicos. Los autores llegaron a la

conclusión de que se recomienda vigilar el BIS en pacientes con

alto riesgo de consciencia que se someten a anestesia general y

relajante.

Recientemente, Avidan y cols

. 60

observaron los resultados de

un ensayo controlado aleatorizado que se realizó en un único

centro con 1.941 pacientes con riesgo mayor de consciencia que se

sometieron a todo tipo de cirugía bajo anestesia general y relajante.

Los pacientes se seleccionaron al azar para recibir anestesia guiada

por BIS (BIS titulado a 40-60) o mediante concentraciones telees-

piratorias de gas anestésico (CTE) de 0,7 a 1,3 CAM y fueron

entrevistados tres veces con un cuestionario de Brice modificado.

La incidencia global de consciencia fue del 0,2%. Hubo dos casos

de consciencia en cada grupo (diferencia absoluta, 0%; intervalo de

confianza del 95%,−0,56% a 0,57%). Los autores llegaron a la con-

clusión de que sus resultados no apoyaban la vigilancia habitual del

BIS. Posteriormente, se ha demostrado que el estudio no tenía

capacidad para confirmar una diferencia en la medida en que la

incidencia de la consciencia fue mucho menor que la anticipada

por el cálculo del tamaño de la muestra, los pacientes tenían un

riesgo relativamente bajo y las CTE en el rango de CAM de 0,7 a

1,3 probablemente prevengan la consciencia (si el paciente puede

tolerar las consecuencias hemodinámicas

) 89

. De hecho, un expo-

nente adecuado para detectar una diferencia entre el BIS y las CTE

necesitaría un grupo de un tamaño de más de 9.000 pacientes

90 .

Aunque no es posible llegar a una conclusión sobre la eficacia

relativa del BIS y las CTE a partir de este estudio, Avidan y cols.

han provocado una discusión sobre si la anestesia guiada por CTE

es un forma viable de prevenir la conscienci

a 60

.

En general, las pruebas actuales indican que la vigilancia del

BIS puede disminuir, pero no eliminar, el riesgo de conscienci

a 91,92

.

El fracaso para responder adecuadamente a los cambios del índice

(es decir, permitir valores del BIS sostenidos por encima del rango

recomendado

) 55,60

, el fracaso para reconocer la posibilidad de los

valores erróneos o de artefacto

s 93,94

y la posibilidad de consciencia

pueden producirse a valores del BIS dentro del rango recomen-

dad

o 55,60

son motivos por los que puede producirse consciencia en

pacientes en los que se vigila el BIS. Es más, no existen datos espe-

cíficos de otros monitores basados en el EEG disponibles. Según

esto, el grupo de trabajo deASA concluye que «la decisión de utilizar

un monitor de la función cerebral debe tomarse basándose en cada

caso en particular y por el médico en concreto para pacientes selec-

cionados (es decir, anestesia ligera)

» 34 .

Este análisis también debe

tener en cuenta el coste posible de utilizar esta tecnología para

prevenir una complicación de la anestesia relativamente rar

a 55,60,95

.

Consecuencias de la consciencia

Los primeros informes sobre las consecuencias psicológicas de la

consciencia se basaban en diseños de estudios retrospectivos en los

que los pacientes se identificaron mediante publicidad, referencia o

análisis de demandas cerrada

s 35,72,96 .

Estos estudios ilustraban el

estrés negativo que puede producirse debido a un episodio de cons-

ciencia, pero no confirmaban el espectro de síntomas o la incidencia

de SEPT. Más recientemente, Lennmarken y cols

. 97

revisaron la inci-

dencia de las secuelas psicológicas en 18 casos de consciencia iden-

tificados de forma prospectiva. Tres semanas después del episodio,

parecía que todos los pacientes lo afrontaban bien y se interrumpió

el seguimiento. Dos años después, fue imposible ponerse en contacto

con dos pacientes, uno había muerto y seis se negaron a ser entre-

vistados. De los nueve pacientes que se entrevistaron, cuatro tenían

una incapacidad grave debido al SEPT y otros tres mostraban más

síntomas menores. Estos autores indicaron que la incidencia del

SEPT podría ser mayor del 50% en la medida en que evitar las

situaciones médicas es uno de los signos del SEPT. Posteriormente,

este grupo de investigadores observó un resultado opuest

o 38 .

Pregun-

taron a 2.681 pacientes de forma consecutiva si habían estado cons-

cientes en el pasado e identificaron un estrés emocional mayor unos

días después del episodio que más adelante (incidencia de síntomas

psicológicos tardíos, 33%). Llegaron a la conclusión de que la meto-

dología del estudio puede influir en el resultado.

No se han identificado los factores de riesgo del SEPT en el

marco de la consciencia. Los comentaristas han indicado que los

recuerdos del dolor de la cirugía y una respuesta poco comprensiva

de los asistentes sanitarios podían contribui

r 35,97

. En la literatura

psicológica se indica que la disociación peritraumática es un factor

de predicción de la gravedad de los síntomas postraumático

s 39

. Se

necesita investigar más en esta área.

Los episodios de consciencia también pueden tener conse-

cuencias para el anestesiólogo. La mayoría de los pacientes que

sufren un episodio de consciencia no ponen una demanda ni

generan atención no deseada de los medios o de las autoridades

competentes. Podría esperarse que la buena comunicación y el

apoyo al paciente podrían prevenir no sólo las secuelas negativas

para el paciente sino también los procesos judiciale

s 98 .

El ASA

Closed Claims Project proporciona un análisis útil de los casos en

que se han producido demandas en los Estados Unidos. En el

período de 1990 a 2001 se pusieron 55 demandas, y se identificaron

cuidados de calidad inferior a lo establecido en el 47% de los casos,

y en el 46% se llegó a un acuerdo económico con el paciente

(cantidad económica media de 41.210 dólares [muy inferior a las

cantidades medias en otras demandas sobre anestesia general])

98 .

Es difícil decir si la atención que últimamente se ha prestado a la

consciencia

34

y la disponibilidad de la monitorización basada en el

EE

G 55

aumentará o disminuirá la responsabilidad sobre la cons-

ciencia en el futuro.

Formación de recuerdos inconscientes

durante la anestesia

Durante los últimos 40 años, los científicos han investigado si los

pacientes pueden formar recuerdos inconscientes durante la aneste-

sia y si la importancia de estos recuerdos tiene algún interé

s 99 .

En el

primer estudio sistemático sobre este tema, Levinso

n 100

simuló una

crisis durante la anestesia y después hipnotizó a los pacientes para

determinar si habían conservado recuerdos inconscientes de la crisis.

Ningún paciente tenía recuerdos activos de los hechos ocurridos

durante la anestesia, pero bajo hipnosis 4 de los 10 pacientes pudie-

ron recordar la crisis con precisión. Sin embargo, este estudio y los

posteriore

s 99

fueron rechazados por la incapacidad para descartar la

Monitorización de la profundidad de la anestesia

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Sección III

Control de la anestesia

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