Table of Contents Table of Contents
Previous Page  1013 / 2894 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 1013 / 2894 Next Page
Page Background

durante la década de 1970. Antes del uso de los opioides, anestesiar

a los pacientes con una enfermedad valvular o congénita del corazón

sin causar colapso cardiovascular era un problema. Estos primeros

pacientes de la cirugía cardíaca estaban muy enfermos y tenían poca

o ninguna reserva circulatoria. A finales de la década de 1960,

Lowenstein y cols

. 130

observaron la estabilidad hemodinámica de los

pacientes sometidos a ventilación mecánica a quienes se les admi-

nistraba con frecuencia grandes dosis de morfina por vía intrave-

nosa para suprimir la respiración en las unidades de cuidados

intensivos. Esta observación animó a Lowenstein y cols. a ser los

primeros en administrar morfina (0,5 a 3mg/kg) como el fármaco

«anestésico» único. La estabilidad cardiovascular resultante en los

pacientes con enfermedad valvular aguda adquirida del corazón era

impresionante.Cuando lametodología de la cirugía cardíaca avanzó,

se comenzó a aplicar anestesia quirúrgica a los pacientes con enfer-

medad cardíaca isquémica. Desgraciadamente, la anestesia con

morfina tenía menos éxito en estos pacientes, en los que se desarro-

llaba hipertensión, taquicardia y consciencia durante la cirugí

a 130

.

En 1978, Stanley y Webste

r 131

introdujeron el uso de dosis

altas de fentanilo para la anestesia cardíaca. Esta técnica minimizaba

los efectos indeseables de la morfina en la inducción (hipotensión)

y proporcionaba una mejor estabilidad hemodinámica en pacientes

con buena función ventricular y enfermedad cardíaca isquémica.

Sin embargo, cuando aumentó la experiencia clínica con el fenta-

nilo, los investigadores observaron que, aunque se elevara mucho la

dosis de fentanilo, no siempre se producía un estado anestésico

fiable, como se define en la

figura 29-7

, para los estímulos más

potentes y era difícil eliminar las respuesta

s 132

. Este descubrimiento

demostró que los opioides no son «anestésicos», sino sólo analgési-

cos potentes e hipnóticos débiles, como se indica en la

figura 29-2 .

Muchos estudios confirman este hallazgo.Wynands y cols

. 14

usaron dosis de fentanilo solo, de moderadas a grandes (50 a

150

m

g/ml), sin ningún otro fármaco anestésico (ni componentes

hipnóticos), y midieron las concentraciones plasmáticas a los estí-

mulos quirúrgicos definidos (intubación, incisión cutánea, esterno-

tomía, disección de la raíz aórtica) en pacientes con buena función

ventricular a los que se les realizó cirugía coronaria. En cerca del

20% de los pacientes, las concentraciones plasmáticas extremada-

mente altas de fentanilo (15ng/ml) no eliminaron las respuestas

hemodinámicas, definidas como un aumento del 20% de la presión

arterial sistólica. Estos resultados han sido confirmados por

Hynynen y cols

. 133

y por Philbin y cols

. 134 .

Murphy y Hu

g 135

midieron la capacidad del fentanilo para

disminuir la CAM de enflurano en los perros. Anestesiaron primero

a los perros con enflurano y determinaron la CAM.Después utilizaron

varias infusiones de fentanilo en concentraciones progresivamente

más altas para conseguir una concentración plasmática equilibrada

constante de fentanilo en cada animal. Cada vez que se aumentaba la

concentración de la infusión, se determinaba nuevamente la CAM de

enflurano. Murphy y Hug observaron que incluso concentraciones

plasmáticas muy elevadas de fentanilo (20ng/ml) no disminuían la

CAMde enfluranomás allá del 60 al 70%de su valor inicial

( fig.29-16 )

.

Es decir, existe un techo para el efecto de enflurano. La morfina, el

sufentanilo y el alfentanilo también disminuyeron la CAM del enflu-

rano y tienen un efecto techo similar en los perro

s 136–138

.

McEwan y cols. emprendieron estudios similares en los

humanos y describieron la disminución de la CAM del isoflurano

con varias concentraciones plasmáticas constantes de fentanilo

medidas con una bomba de infusión controlada por ordenador

16 .

Se examinó la respuesta de movimiento a la incisión cutánea inicial

respecto de las concentraciones teleespiratorias de isoflurano. Estos

investigadore

s 16

encontraron en los humanos resultados muy pare-

cidos a los que observaron Hug y cols. en los perros. La CAM de

isoflurano disminuyó un 39% a concentraciones plasmáticas esta-

bles de fentanilo de 1ng/ml y un 63% a concentraciones plasmáti-

cas de fentanilo de 3ng/ml. El incremento de las concentraciones

plasmáticas de fentanilo a más de 3ng/ml producía un mínimo

aumento de la reducción de la CAM de isoflurano. La reducción

máxima de la CAM fue del 82% a concentraciones plasmáticas de

fentanilo equilibradas de 10,6ng/ml. Con otros anestésicos inhala-

torios (desflurano, sevoflurano) y otros opioides (alfentanilo, sufen-

tanilo, remifentanilo

) 6,139

se obtuvieron resultados similares de la

reducción de la CAM.

Cuando se examinaron otros objetivos de los anestésicos

inhalatorios e interacciones de opioides, incluidos CAM-despertar

y CAM-BAR

118,140,141 ,

se encontraron resultados comparables: se

producía un efecto techo del opioide a concentraciones plasmáticas

equilibradas definidas.

Signos clínicos de una anestesia y una concentración

plasmática de opioides inadecuadas

Ausems y cols

. 142

utilizaron conceptos del modelo farmacodiná-

mico para relacionar los signos clínicos de la anestesia con opioides

inadecuada con las concentraciones plasmáticas del fármaco. En el

paradigma de su estudio, los pacientes se premedicaron con una

benzodiazepina,laanestesiafueinducidaconalfentanilo(150

m

g/kg)

y se intubó la tráquea con ayuda de succinilcolina. La anestesia se

mantuvo con un 70% de óxido nitroso y una infusión variable de

alfentanilo. La infusión se ajustó para controlar las siguientes varia-

bles clínicas: 1) aumento de la presión arterial sistémica a más de

15 mmHg por encima del valor normal del paciente, 2) aumento

de la frecuencia cardíaca por encima de 90 latidos/minuto en

ausencia de hipovolemia, 3) las respuestas somáticas, como los

movimientos del cuerpo (la parálisis muscular mínima permitía el

movimiento físico), deglución, tos, hacer muecas o abrir los ojos y

4) los signos autónomos de una anestesia inadecuada (p. ej., lagri-

meo, enrojecimiento o sudoración). Si se producía cualquier señal

clínica, se incrementaba la infusión de 25 a 50

m

g/kg/h, y se admi-

nistraba una pequeña dosis del bolo (7

m

g/kg). En todos los pacien-

tes se consiguió un buen control hemodinámico. Sin embargo, si

no se producían signos clínicos, la proporción de infusión se

disminuía a intervalos regulares de 15 minutos.

En la

figura 29-17 A

se muestra la relación entre la concen-

tración plasmática de alfentanilo y la respuesta/sin respuesta para

Monitorización de la profundidad de la anestesia

1013

29

Sección III

Control de la anestesia

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

Figura 29-16

 Reducción porcentual de la concentración alveolar mínima

(CAM) de enflurano en función de las concentraciones plasmáticas de

fentanilo. Cada punto representa la concentración media (±EEM) de fentanilo

en el plasma y la reducción porcentual media (±EEM) de la CAM de enflurano.

Los números de perros debajo de las barras del error estándar verticales

indican los números por puntos de datos. EE, error estándar.

(De Murphy MR,

Hug CC Jr: The anesthetic potency of fentanyl in terms of its reduction of

enflurane MAC.

Anesthesiology

57:485-488, 1982.)