hipotérmicos sometidos a circulación extracorpórea. El enfoque
alfa-stato deja que el pH aumente de forma natural hasta el rango
alcalótico a medida que se enfría al paciente, mientras que el pH-
stato mantiene un pH normal y, supuestamente, una perfusión
cerebral normal añadiendo CO
2
. Los datos que respaldan cual-
quiera de estos enfoques son muy limitados.
Cambios artefactuales de los valores
de gasometría arterial
La demora en el análisis de una muestra de sangre después de su
extracción puede modificar de forma artefactual las mediciones de
pH y de presiones de los gases. El almacenamiento de una muestra
durante más de 20 minutos puede provocar una elevación signifi-
cativa de la Pco
2
y una reducción de la Po
2
y del pH, probablemente
secundaria al metabolismo celular. La leucocitosis y la trombocito-
sis aceleran estos cambio
s 24. Debido a que los eritrocitos no con-
tienen mitocondrias, este fenómeno no se observa en caso de
policitemia. Sin embargo, la glucólisis anaeróbica puede producir
ácido láctico y reducir el pH. La colocación de la muestra en hielo
inmediatamente después de su obtención puede mantener su esta-
bilidad y la adición de fluoruro o cianuro sódico puede inhibir el
consumo celular de O
2 24. La presencia de burbujas de aire en la
jeringa de la muestra puede elevar de forma falsa la Po
2
, pero tiene
un efecto escaso sobre el pH y la Pco
2
. Las jeringas suelen hepari-
nizarse para evitar la coagulación.
Monitorización transcutánea de los gases
sanguíneos
Aunque el tiempo de respuesta del laboratorio para obtener la Po
2
con los analizadores tradicionales de gases sanguíneos ha dismi-
nuido de forma espectacular desde sus comienzos, la capacidad de
evaluar el estado de oxigenación de un paciente incluso con más
rapidez y facilidad presenta ventajas evidentes. Una alternativa es
medir las presiones de los gases a la cabecera de la cama de forma
transcutánea. Esta tecnología se basa en la tendencia de la Po
2
capilar a aproximarse a la Po
2
arterial cuando se calienta la piel, lo
que hace que el flujo sanguíneo supere la cantidad requerida para
el consumo local de O
2
. El O
2
de los capilares se difunde a través
de la piel calentada, donde se analiza con un electrodo de tipo Clark
adherido a ella. Aunque es útil en lactantes, la monitorización
transcutánea de los gases tiene muchas limitaciones a pesar de la
buena concordancia de los valores de Po
2
con la gasometría tradi-
ciona
l 25 .La vasculopatía periférica o la vasoconstricción pueden
dar lugar a mediciones erróneas. La hipoxia cutánea causada por
una reducción del gasto cardíaco dará unas mediciones falsamente
reducidas de Po
2
. Estos aparatos deben calibrarse con frecuencia,
tienen un tiempo de respuesta relativamente lento y pueden causar
quemaduras cutáneas con su aplicación prolongada.
Monitorización intravascular de los gases
sanguíneos
La medición continua del pH intraarterial se logró en una fecha
tan temprana como 1927 con electrodos de antimonio. Poco
después del desarrollo del electrodo de Po
2
de Clark en 1956, se
diseñaron los primeros dispositivos de monitorización intravascu-
lar continua de los gases sanguíneos. Los primeros aparatos con-
sistían en unos sensores electroquímicos y eran básicamente
electrodos de Clark modificados. Estos aparatos daban problemas
como una desviación excesiva, falta de fiabilidad, gran tamaño e
interferencia con los gases anestésicos. Más tarde, Lubbers y Opitz,
utilizando una tecnología conocida como desactivación de fluores-
cencia, crearon sondas de fibra óptica para medir de forma conti-
nua la Po
2
y la Pco
2
, que denominaron
optodo
s 26 .También se
desarrollaron sensores de fibra óptica basados en la absorbancia.
Sólo se comercializaron dispositivos de dos únicos parámetros: el
sensor electroquímico de Po
2
Continucath 1000 para adultos y
el sensor de O
2
Neocath (Biomedical Sensors, High Wycomb, Reino Unido) para su inserción en la arteria umbilical neonatal.
Los avances en el diseño de los sistemas de un único parámetro
llevaron de forma inevitable al desarrollo de dispositivos de múltiples
parámetros capaces de medir el pH, la Pco
2
, la Po
2
y la temperatura.
La mayoría son sistemas de optodos puros y sólo el Paratrend 7 es el
único sistema híbrido de optodo-electrodo. La versión actualizada
Paratrend 7+ sustituyó al electrodo de Po
2
de Clark por un optodo,
lo que le convierte en un sistema de optodo puro
( fig. 34-7 ).
La concordancia entre las mediciones con un sensor y con
la gasometría arterial tradicional puede cuantificarse utilizando el
cálculo de Bland-Altman del
sesgo
y
precisió
n 27 .El sesgo es la dife-
rencia entre los valores promedio obtenidos con los métodos están-
dar (gasometría arterial) y los obtenidos con el nuevo aparato que
se está probando. La precisión es la desviación estándar de estas
diferencias y mide la reproducibilidad de los resultados.
1184
Control de la anestesia
III
Cuadro 34-2
Algoritmos para la corrección
a la temperatura corporal de las presiones de los gases
sanguíneos medidas a 37°C
pH
∆
pH/
∆
T = −0,0146 + 0,0065 (7,4−pH
m
)
∆
pH/
∆
T = −0,015
∆
pH/
∆
T = −0,0147 + 0,0065 (7,4−pHm)*
∆
pH/
∆
T = −0,0146
P
co
2
∆
log
10
P
co
2
/
∆
T = 0,019*
∆
log
10
P
co
2
/
∆
T = 0,021
P
o
2
∆
log
10
P
co
2
/
∆
T =
(
0,0252
__________________
0,234(P
o
2
/100)
3,88
+ 1
)
+ 0,00564
∆
log
10
Pco
2
/
∆
T = 0,0052 + 0,27
[
1 − 10
−0,13(100−SAo
2
)
]
∆
log
10
Pco
2
/
∆
T =
5,49×10
−11
P
o
2
3,88
+0,071*
______________________
9,72×10
−9
P
o
2
3,88
+2,3
∆
log
10
P
co
2
/
∆
T =
0,012(P
o
2m
/714)+(S
o
2
/100)
(1−S
o
2
/100)(Hb/0,6)+0,073
P
o
2m
/714+S
o
2
/100(1−S
o
2
/100)(Hb/0,6)
S
o
2
≤
95%:
∆
log
10
Pco
2
/
∆
T = 0,31
S
o
2
>
95%:
∆
log
10
P
co
2
/
∆
T = 0,032−0,0268e
(0,3S
o
2
−30)
*
Estándar aprobado por el National Committee for Clinical Laboratory
Standards (NCCLS).
Hb, concentración sanguínea de hemoglobina en g/dl; pH
m
y P
o
2m
,
valores de pH y de P
o
2
medidos a una temperatura del electrodo
de 37 °C; P
o
2
, presión parcial de oxígeno en mmHg; S
o
2
, saturación
porcentual de la hemoglobina por oxígeno (HbO
2
); T, temperatura
en grados Celsius (°C).
Datos de Ashwood ER, Kost G, Kenny M: Temperature correction of
blood-gas and pH measurements.
Clin Chem
29:1877, 1983; y Sig-
gaard-Andersen O, Wimberley PD, Gothgen I, Siggaard-Andersen
M: A mathematical model of the hemoglobin-oxygen dissociation
curve of human blood and of the oxygen partial pressure as a
function of temperature.
Clin Chem
30:1646, 1984.