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o una canalización intravascular involuntaria. Un método para

incrementar la probabilidad de que la aguja caudal se coloque de

forma correcta consiste en inyectar 5ml de suero salino con rapidez

a través de la aguja caudal, mientras se palpa la piel que recubre el

sacro. Si no se percibe un abultamiento en la línea media, lo más

probable es que la aguja esté bien colocada. Por el contrario, si se

palpa un abultamiento en la línea media durante la inyección del

suero salino, la aguja está mal colocada.

Después de asegurar la correcta colocación de la aguja, y

antes de inyectar la dosis terapéutica de anestésico caudal, hay que

aspirar y administrar una dosis de prueba ya que, al igual que

sucede en la anestesia epidural lumbar, se puede haber canalizado

una vena o el espacio subaracnoideo de forma involuntaria.

Farmacología

Fármacos útiles

Para elegir del modo adecuado los fármacos para la anestesia epi-

dural (v. cap. 20), hay que conocer la potencia y la duración de los

anestésicos locales, además de calcular los requisitos quirúrgicos y

de duración de la analgesia postoperatoria. Como en todo proce-

dimiento de anestesia regional, en la ecuación para seleccionar el

fármaco deben estar incluidos el cirujano, el anestesiólogo, el pro-

cedimiento y la técnica anestésica.

Los fármacos disponibles para su administración por vía

epidural pueden clasificarse en anestésicos locales de duración

corta, intermedia o larga, y cuando se les añade epinefrina, puede

obtenerse una anestesia quirúrgica de 45-240 minutos

( tabla 41-5

).

La cloroprocaína, un anestésico local tipo éster, es un fármaco de

acción corta que se relacionaba con neurotoxicidad (aracnoiditis

adhesiva) cuando se inyectaban de manera involuntaria volúmenes

subaracnoideos grandes antes de modificar su formulació

n 151,152 .

Desde 1985 existen concentraciones de bisulfito; desde 1987 de

2-cloroprocaína sin bisulfito; y desde 1996 de 2-cloroprocaína sin

conservantes. Desde estos cambios de formulación no han apare-

cido casos de neurotoxicidad atribuibles a 2-cloroprocaína, hasta

hace poco. Winnie y Nade

r 153

destacaron que en esta época de

gastos farmacéuticos al alza, algunos hospitales están sustituyendo

las formulaciones genéricas de los anestésicos, y en un caso se

devolvió al almacén de anestesia una partida de 2-cloroprocaína

con metabisulfito sin el conocimiento de los médicos. Todos

debemos ser conscientes de las soluciones empleadas, ya que es

probable que este tipo de sustituciones aumente.

En una época en la que cada vez se realizan más interven-

ciones quirúrgicas en régimen ambulatorio, la combinación de

2-cloroprocaína con una técnica de catéter permite emparejar de

modo eficiente el procedimiento quirúrgico y la duración de la

analgesia epidural, y hace que el tiempo de recuperación intrahos-

pitalario sea mínimo. Existen concentraciones al 2 y al 3%, si bien

la última es la preferida para la anestesia quirúrgica y la primera

para técnicas que no requieren relajación muscular.

Existen pruebas de que el dolor de espalda que aparece tras

la administración de grandes volúmenes (

>

25ml) de 2-cloropro-

caína se relacionaba con el ácido edético usado como conservante

en la cloroprocaín

a 154 .

Parece que la cloroprocaína sin conservantes

no se asocia a dolor de espalda en dosis mayores a la misma

frecuencia.

La lidocaína es el prototipo de anestésico local de tipo amida

y se utiliza por vía epidural a concentraciones del 1,5-2%. Las

concentraciones de mepivacaína son similares a las de lidocaína

para la anestesia epidural, y su acción dura 15-30 minutos más. La

epinefrina prolonga la duración de la anestesia quirúrgica aproxi-

madamente un 50% más con lidocaína y mepivacaína

116 .

Otro

aditivo que puede tener influencia clínica sobre estos fármacos es

el fentanilo, un fármaco de tipo amida como mediador activo para

su administración epidural. Cuando el fentanilo se añadía a la

mepivacaína, aceleraba el comienzo de la analgesia y potenciaba el

efecto analgésico durante la anestesia epidura

l 155 .

Una técnica que

está recibiendo una atención creciente para minimizar la duración

Anestesias raquídea, epidural y caudal

1397

41

Sección III

Control de la anestesia

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Figura 41-18

 Técnica caudal. Los dedos que realizan la palpación localizan

los cuernos sacros según la técnica del triángulo equilátero (mostrada en la

fig. 41-5 )

. La inserción de la aguja se realiza insertando y retirando paso por

paso (

recuadro;

la denominada inserción 1-2-3), hasta que la aguja puede

avanzarse en el interior del canal caudal y la solución puede administrarse

con facilidad (sin crear un «abultamiento» subcutáneo de líquido).

Tabla 41-5

 Comparación de latencias y duraciones analgésicas de los

anestésicos locales administrados por vía epidural en volúmenes de 20 a 30ml

Duración (min)

Fármaco

Conc. (%)

Latencia

(min)

Sin epinefrina

Epinefrina

1:200.000

2-Cloroprocaína 3

10-15

45-60

60-90

Lidocaína

2

15

80-120

120-180

Mepivacaína

2

15

90-140

140-200

Bupivacaína

0,5-0,75 20

165-225

180-240

Etidocaína

1

15

120-200

150-225

Ropivacaína

0,75-1,0 15-20

140-180

150-200

Levobupivacaína 0,5-0,75 15-20

150-225

150-240

Datos de Cousins MJ, Bromage PR: Epidural neural blockade.

En

Cousins MJ, Briden-

baugh PO (eds.):

Neural Blockade in Clinical Anesthesia and Management of Pain

.

Filadelfia, JB Lippincott, 1988, pág. 255, y otras fuentes.