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Complicaciones

Las complicaciones consisten en cambios neurológicos, cefalea

pospunción dural, dolor de espalda que acompaña al 25% de los

procedimientos realizados bajo anestesia raquídea y paradas car-

díacas inesperada

s 114 .

La lesión neurológica después de la anestesia raquídea ha

recibido una atención considerable durante años, como el caso

Wooley y Roe en Inglaterra, la investigación realizada por Kennedy

y cols

. 4

en 1950 en Estados Unidos y los casos de síndrome de la

cola de caballo asociados a anestesia raquídea continua con catéte-

res fino

s 115 .

Muchos han pasado por alto los informes de Mari-

nacc

i 116 ,

cuyas investigaciones se publicaron después del informe

de Kennedy y cols. Marinacci, un neurólogo, evaluó a 542 pacientes

con posibles complicaciones neurológicas relacionadas con una

anestesia raquídea previa. Una vez realizado el examen neurológico,

sólo en 4 de los 542 pacientes hubo algún indicio de que la anestesia

raquídea previa era la causa del cambio neurológico postoperato-

rio. Se desconoce el número total de enfermos sometidos a aneste-

sia subaracnoidea que dio lugar a los cuatro casos de síntomas

neurológicos relacionados con la anestesia subaracnoidea.

Algunos informes destacan el numerador y el denominador

del cambio neurológico tras la anestesia raquídea. Vandam y Dri-

pps

117

documentaron 10.098 pacientes sometidos a una anestesia

intradural y no mencionaron secuelas neurológicas graves relacio-

nadas con dicha técnica. Una revisión de complicaciones neuroló-

gicas asociadas a bloqueos neuroaxiales, promovida por la

controversia generada por la administración epidural de cloropro-

caína a comienzos de la década de 1980, tabulaba a 304 pacientes

sometidos a anestesia raquídea, y sólo señalaron una lesión perma-

nente, una lesión del plexo lumbar relacionada potencialmente con

la anestesia subaracnoidea

118 .

Rigler y cols

. 115

mencionaron la apa-

rición de un síndrome de la cola de caballo tras una anestesia

intradural continua en cuatro pacientes. Se desconoce el número

de enfermos a partir del cual se extrajeron estos cuatro casos. Este

equipo de investigación ha seguido destacando las dificultades per-

cibidas con la utilización intradural de lidocaína, y ha añadido

datos significativos al respecto. Auroy y cols

. 119

publicaron sobre la

práctica de anestesia regional de más de 700 anestesiólogos fran-

ceses durante un intervalo de 5 meses en la década de 1990. Estos

investigadores destacaron que, en sus series de defectos neurológi-

cos después de la anestesia intradural, la lidocaína aparecía repre-

sentada en exceso cuando se comparaba con otros fármacos. La

decisión final de usar lidocaína para anestesia raquídea debe

basarse en las alternativas y recomendaciones señaladas al comienzo

de la sección de farmacología de los fármacos por vía subaracnoi-

dea de este capítulo.

El gran número de series y de casos clínicos que demuestra

la infrecuencia de lesiones neurológicas tras la anestesia raquídea

no debería proporcionar una falsa sensación de segurida

d 120 .

Estos

cambios pueden aparecer; Reynolds lo ha documentado en un

grupo de pacientes predominantemente obstétrica

s 121 .

Fettes y

Wildsmith estudiaron los hallazgos de Reynolds en una editorial

minuciosa y destacaron que deberíamos apreciar siempre que al

final de la aguja raquídea se encuentra el sistema nervioso de otra

person

a 122 .

Lo destacable es que el cambio neurológico grave

también puede presentarse después de una anestesia general. Si se

quiere adoptar una decisión lógica y bien informada, basada en

resultados neurológicos, la ecuación de riesgos y beneficios de la

anestesia y lesiones neurológicas debe comprender los casos de

lesiones neurológicas (p. ej., lesiones hipóxicas del SNC) que son

posibles durante una anestesia general.

Una complicación más frecuente de la anestesia raquídea es

la cefalea postoperatoria. Esta cefalea pospunción dura

l *

no se rela-

ciona de forma exclusiva con la anestesia intradural; también

aparece después de una mielografía o de una punción lumbar

diagnóstica. Lybecker y cols

. 123

popularizaron una escala de clasi-

ficación de la cefalea pospunción dural para poder hacer compa-

raciones más significativas entre estudios futuros de cefalea

postoperatoria. En la

tabla 41-4

se enumeran los factores que

aumentan la incidencia de este tipo de cefalea o aquellos no rela-

cionados con su desarroll

o 124 .

La investigación de Mihi

c 125

sobre la dirección del bisel

durante la inserción de la aguja raquídea sugería que, cuando éste

se orientaba paralelo a las fibras del neuroeje, disminuía la inciden-

cia de esta clase de cefalea. El tipo de aguja no se especificaba en

el informe de Mihic, pero es probable que emplease una aguja tipo

Quincke. Esta observación clínica ha sido respaldada por la inves-

tigación de laboratorio realizada por Ready y cols

. 65

, donde se

probaba que una punción dural simulada con una aguja raquídea

de punta cónica producía una pérdida de líquido transdural más

lenta que una punción similar con puntas de aguja cortantes. Quizá

sea más relevante la demostración, mediante metaanálisis, de que

las agujas con puntas no cortantes tienen una menor incidencia de

cefaleas pospunción dural que las puntas con diseños cortante

s 126 .

Los datos de Reina y cols

. 26

han demostrado que la menor inciden-

cia de cefaleas con las agujas de punta cónica puede deberse a la

exposición de un mayor número de mediadores inflamatorios alre-

*A lo largo de todo este capítulo hacemos mención a la cefalea

pospunción subaracnoidea, ya que parece que la punción de la aracnoides

está más ligada a la cefalea resultante que el desgarro de la duramadr

e 24

.

1392

Control de la anestesia

III

Cuadro 41-3

 Factores probablemente no relacionados

con la altura del bloqueo anestésico subaracnoideo

Vasoconstrictor añadido

Tos, esfuerzos o pujos (parto)

Bombeo de la inyección

Ritmo de inyección (excepto hipobárica)

Bisel de la aguja (excepto agujas de Whitacre)

Sexo

Peso

Tabla 41-4

 Relaciones entre variables y cefalea pospunción dural

Factores que pueden incrementar la incidencia de cefalea

pospunción dural

Edad

Más frecuente en los jóvenes

Sexo

Mujeres

>

varones

Tamaño de la aguja

Mayores

>

menores

Bisel de la aguja

Menor cuando se coloca el bisel de la aguja en el

eje longitudinal del neuroeje

Embarazo

Más frecuente en las mujeres embarazadas

Punciones durales (n.˚)

Más frecuente con punciones múltiples

Factores que no incrementan la incidencia de cefalea pospunción

dural

Anestesia raquídea continua

Cronología de la deambulación