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frecuentes. La media de incidentes adversos graves tras la artro-

plastia de cadera y rodilla es del 6,4%, siendo la edad avanzada

el factor de riesgo más importante (v

. cap. 61 ) 3,5

. Las complica-

ciones más frecuentes son problemas cardíacos, EP, neumonía e

insuficiencia respiratoria, e infecció

n 3,75,76

. Los pacientes de edad

avanzada que tienen condiciones de morbilidad asociadas, como

patologías cardíacas, patologías pulmonares y diabetes, deben

someterse a una evaluación médica preoperatoria completa.

Además, la obesidad, particularmente en la ATR, puede suponer

un problema anestésico y en el postoperatorio en relación con

la apnea obstructiva del sueño y las infecciones

77 .

Muchos de

estos pacientes requieren un tiempo de postoperatorio prolon-

gado en la unidad de recuperación postanestésica o en la UCI

(v

. cap. 75)

.

La ATC puede realizarse por vía anterior o mediante un

abordaje lateral. La vía anterior ofrece la ventaja de que se puede

exponer el campo quirúrgico respetando la musculatura, pero

dificulta el acceso al fémur, con el riesgo de lesión del nervio femo-

rocutáneo lateral. El abordaje lateral posterior consigue una exce-

lente exposición del fémur y del acetábulo, con una mínima lesión

muscular, pero aumenta el riesgo de luxación posterior. La mayoría

de los cirujanos prefieren este último abordaje, para el cual se

coloca al paciente en decúbito lateral, con el lado que se va a

intervenir arriba. Esta posición puede comprometer la oxigenación,

sobre todo en el paciente obeso y con artritis severa, debido a los

cambios de la relación ventilación-perfusión. Además, para preve-

nir una presión excesiva del hombro dependiente sobre la arteria

axilar y el plexo braquial, se debe colocar un rodillo atravesado

debajo de la parte superior del tórax.

La inervación de la articulación de la cadera viene dada por

el nervio obturador y el glúteo inferior y superior. La anestesia

regional para la ATC se realiza mediante punción intradural o

epidural. Aunque la mayoría de los estudios refieren menos com-

plicaciones postoperatorias de la anestesia regional que de la anes-

tesia general, particularmente con respecto a TVP, EP y problemas

respiratorios, sigue existiendo cierta controversi

a 51

. Puede utilizarse

un bloqueo lumbar paravertebral para analgesia postoperatoria

cuando el tratamiento anticoagulante en el postoperatorio requiere

que se retire el catéter epidura

l 78 .

Durante la ATC se producen pérdidas hemáticas significa-

tivas y en la cirugía de revisión de prótesis el paciente puede

perder entre 1 y 2 litros de sangre. Varios estudios han mostrado

que la hipotensión controlada mediante anestesia epidural, man-

teniendo una presión arterial media de entre 50 a 60 mmHg,

puede reducir el sangrado en las ATC primarias a 200 ml

79 .

Los

pacientes ancianos (edad media de 72 años) pueden tolerar esta

reducción de la presión arterial sin que se produzcan complica-

ciones cardíacas, cognitivas o renales

80 .

La hipotensión contro-

lada, además de reducir el sangrado, facilita la fijación de la

prótesis cementada al hueso al disminuir la hemorragia en el

canal femora

l 81

.

El vástago femoral puede fijarse en el canal femoral utili-

zando cemento de metil-metacrilato o mediante integración del

tejido óseo. La cementación de la prótesis puede dar lugar al

«síndrome de implantación del cemento óseo» que cursa con

hipotensión intraoperatoria, hipoxia y parada cardíaca y SEG en

el postoperatorio (

fig. 60-6 ;

v.

fig. 60-2 ) 33-35 .

Se han propuesto

varios mecanismos para explicar su aparición, como la emboli-

zación a partir de restos de médula ósea en el momento de la

presurización en el canal femoral, efectos tóxicos producidos

por el paso a la circulación del monómero de metil-metacrilato

y la liberación de citocinas durante el fresado del canal femoral

que favorece la formación de microtrombos y produce vaso-

constricción pulmonar. El monómero de cemento, cuando es

inyectado vía intravenosa en perros, produce hipotensión sisté-

mica pero no produce depresión miocárdic

a 82

. La hipótesis que

parece más verosímil es la de la embolización por restos intra-

medulares, ya que puede comprobarse la presencia de estos

restos en el corazón derecho cuando se utiliza ecocardiografía

transesofágica (v.

fig. 60-2

).

Durante la ATC, la luxación de la cadera puede producir

obstrucción de la vena femoral. En el momento de la reducción de

la articulación y al enderezarse la vena femoral, el material embó-

lico generado durante la inserción de la prótesis pasa a la circula-

ción. Los consiguientes episodios de hipotensión deben ser tratados

con epinefrina. Algunas de estas complicaciones hemodinámicas

Anestesia para la cirugía ortopédica

2017

60

Sección IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

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Figura 60-6

 Registros de frecuencia cardíaca intraoperatoria (HR), presión

arterial sistémica (ART) y presión arterial pulmonar (PAP) en un paciente

sometido a revisión de artroplastia total de cadera. C, cierre de la herida;

E, inducción de la anestesia epidural; FPI, inserción del vástago femoral

cementado; JR, reducción de la prótesis, produciéndose una hipotensión que

revierte tras la inyección de epinefrina.

(De Urban MK, Sheppard R, Gordon

MA, Urquhart BL: Right ventricular function during revision total hip

arthoplasty.

Anesth Analg

82: 1225-1229,1996.).