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Sin embargo, el tiempo adicional y la experiencia necesarios para

realizar este bloqueo, además de los riesgos de efectos secundarios

graves (p. ej., neumotórax), son motivos de preocupación cuando

se aplican bloqueos paravertebrales en lugar de bloqueos de nervios

periféricos más sencillos para esta intervención comú

n 367

.

En los pacientes pediátricos se pueden realizar bloqueos de

los nervios periféricos nada más inducir la anestesia general para

reducir las necesidades de anestésicos y conseguir analgesia post­

operatoria

(v. cap. 71)

. Desde una perspectiva histórica, la anestesia

caudal ha sido la técnica más popular para reducir el dolor post­

operatorio en niños sometidos a intervenciones abdominales bajas,

perineales o de la extremidad inferior. Sin embargo, este bloqueo

del neuroeje central se asocia a más efectos secundarios (p. ej.,

retención de orina) y a una recuperación más prolongada que los

bloqueos de nervios periféricos sencillos. Entre los bloqueos peri-

féricos populares para niños están los bloqueos de los nervios ilio-

inguinal e iliohipogástrico para reducir el dolor tras una

herniorrafi

a 368

y el bloqueo del nervio dorsal del pene y del anillo

subcutáneo para el dolor tras la circuncisión. Si se emplea control

ecográfico para el bloqueo nervioso ilioinguinal e iliohipogástrico,

se consigue reducir de forma significativa el volumen de anestésico

local inyectado y las exigencias intraoperatorias y postoperatorias

de analgésicos opioide

s 369

. Además, la sencilla infiltración (o insti-

lación) de la herida con anestésicos locales puede resultar igual de

eficaz que el bloqueo nervioso caudal o ilioinguinal para reducir el

dolor tras la reparación de la hernia inguina

l 370

. Otros estudios

indican que la administración de ketorolaco sistémico (1mg/kg) es

igual de eficaz que el bloqueo caudal y tiene una menor incidencia

de efectos secundarios cuando se combina con la infiltración con

anestésicos locales de la herid

a 371

. Los ungüentos de lidocaína tópica

son un método sencillo y eficaz que puede servir como alternativa

tanto al bloqueo de nervio periférico como a los analgésicos opioi-

des a la hora de tratar el dolor tras la circuncisión.

Técnicas de infiltración local

De todas las técnicas anestésicas disponibles para pacientes ambu-

latorios, la infiltración local del lecho quirúrgico con soluciones

diluidas de anestésicos locales es la opción más sencilla y segura

para reducir el dolor postoperatorio y la necesidad de analgésicos

opioides tras el alt

a 372 .

La infiltración de anestésicos locales en el

lecho de la incisión quirúrgica debería formar parte de todas las

técnicas de anestesia ambulatori

a 373,374 .

Las intervenciones ambula-

torias urológicas (p. ej., vasovasostomía, orquidopexia y reparación

de hidrocele y espermatocele) realizadas con anestesia local pueden

reducir de forma importante el coste global de la cirugía. La anes-

tesia mediante infiltración local puede aportar una analgesia sufi-

ciente para intervenciones superficiales (p. ej., herniorrafia inguinal,

cirugía mamaria y anorrectal, artroscopia sobre el hombro y la

rodilla), pero se usa muy poco en la práctica clínic

a 312,375–377

. Si se

compara con la anestesia raquídea para la cirugía anorrectal, la

anestesia local con sedación se asocia a un ingreso hospitalario más

corto, a menos costes y menos efectos secundario

s 378 .

Es posible

mejorar la comodidad del paciente si se emplea la sedación-anal-

gesia i.v. como complemento a la infiltración de anestésico local,

sobre todo cuando ésta no resulta totalmente efica

z 355,376 .

Sin

embargo, el uso de adyuvantes i.v. puede también aumentar los

efectos secundarios (p. ej., depresión respiratoria, NVPO

) 379,380 .

Los beneficios de la infiltración local de la herida en pacientes

sometidos a cirugías mayores más invasivas no se han estudiado

tanto. Aunque existen pocas pruebas de que la «analgesia preven-

tiva» con inyecciones de anestésicos locales en el lecho quirúrgico

reduzca el riesgo de sufrir síndromes de dolor postoperatorio

persistent

e 381

, sí es cierto que reduce las necesidades de opioides

intraoperatorias y postoperatorias y también los efectos secundarios

relacionados con los opioide

s 382

. Muchos estudios han demostrado

una mejora de la analgesia, una mayor satisfacción del paciente con

el control del dolor y una reducción de las NVPO y la estancia

hospitalaria cuando se administraron anestésicos locales en el lecho

de incisión quirúrgic

a 383

. Por ejemplo, los pacientes que recibieron

una infusión continua de bupivacaína en el lugar de la incisión no

sólo percibieron un mejor control del dolor postoperatorio, sino que

también pudieron deambular ante

s 383

. La infiltración de anestésico

local en los sitios de colocación de las cánulas y el lecho vesicular

mejora la analgesia postoperatoria tras la colecistectomía laparoscó-

pic

a 384 .

En comparación con las técnicas de anestesia neuroaxial o

generales, las técnicas de infiltración de anestésico local reducen el

riesgo de retención urinaria postoperatoria tras la cirugía anorrec-

ta

l 355

y la herniorrafia inguina

l 380,385,386 .

También se ha empleado la

combinación de infiltración local con bloqueos del nervio intercos-

tal para la litotricia. Es importante elegir bien al paciente (y al

cirujano) para las intervenciones realizadas mediante infiltración

local o bloqueo del campo. Cuando se usa como técnica anestésica

principal, la anestesia local facilita el no tener que pasar por la

unidad de cuidados postanestesia (URPA), de forma que disminu-

yen los costes de la recuperació

n 331,355,356,376,380,387 .

Los suplementos de

anestésicos locales durante la anestesia general y raquídea (p. ej.,

infiltración con bupivacaína, 0,25-0,5%) reducirán también el dolor

en la incisión durante el período posterior al alt

a 388

.

Cuidados anestésicos monitorizados

La combinación de anestesia local y/o bloqueos de nervios perifé-

ricos con fármacos sedantes y analgésicos intravenosos suele deno-

minarse anestesia monitorizada (AM) y se ha convertido en una

técnica extremadamente popular en pacientes ambulatorio

s 379,389 .

Si se compara con las técnicas de anestesia endotraqueales genera-

les y del neuroeje para intervenciones quirúrgicas superficiales (no

cavitarias), las técnicas de AM facilitan la recuperación de pacien-

tes ambulatorios

355,356 .

Se recomienda la técnica anestésica local

más sencilla

que permita conseguir una analgesia adecuada para

reducir el riesgo de efectos secundarios y complicacione

s 366 .

Estas

técnicas basadas en anestésicos locales son, además, las más renta-

bles para la cirugía ambulatoria

( tablas 68-10 y 68-11 ) 355,356

.

El objetivo fundamental de la anestesia monitorizada es ase-

gurar la comodidad, seguridad y satisfacción del paciente durante

la intervención. El término AM se usa cuando el anestesiólogo

monitoriza a un paciente que recibe anestesia local o le administra

fármacos complementarios cuando se realizan intervenciones diag-

nósticas o terapéutica

s 389

. La ASA define la AM como

casos en los

que el anestesiólogo es requerido para realizar un servicio anestésico

específico en un paciente determinado que se somete a una interven-

ción programada, en relación con la cual el paciente recibe anestesia

local o, en algunos casos, ningún tipo de anestesi

a 390

.

En estas circuns-

tancias, el anestesiólogo controla las constantes vitales del paciente

y puede administrar anestésicos o realizar otros cuidados si es

preciso. Las normas de asistencia para los pacientes que reciben AM

deberían ser iguales que para los pacientes sometidos a una aneste-

sia regional o general; entre ellas se incluyen la valoración preope-

ratoria convencional, la monitorización intraoperatoria y la

asistencia durante la recuperación postoperatoria. Se necesita una

monitorización porque los pacientes pueden pasar con rapidez de

un nivel de sedación «ligero» a una sedación «profunda» (o incons-

ciencia) y tener los riesgos consiguientes de obstrucción de la vía

aérea, desaturación de oxígeno e incluso de aspiración.

Los fármacos anestésicos se administran durante las inter-

venciones realizadas con AM con el objetivo de conseguir

Anestesia en el paciente ambulatorio

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Sección IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

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