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IV

alta de la URPA (p. ej., escala de Aldrete de 10), lo que se traduce

en un acortamiento de 30-90 minutos de la estancia en la URPA

y/o el tiempo hasta el alta domiciliaria tras la cirugía ambulato-

ri

a 424 .

Cuando se utiliza monitorización cerebral para administrar

isoflurano, la velocidad y la calidad de la recuperación fueron

parecidas a las obtenidas con sevoflurano tras cirugía ginecológica

ambulatori

a 432 .

Una de las preocupaciones por la «minimización» del uso

de anestésicos es que los pacientes pueden realizar más movi-

mientos intencionales durante la cirugía (es decir, las condiciones

durante la intervención pueden ser menos óptimas) o incluso

pueden estar despiertos. Se ha sugerido que el uso de monitores

cerebrales para reducir la administración de anestésicos y anal-

gésicos puede aumentar las respuestas de estrés (autónomas) y

asociarse a resultados clínicos adversos (p. ej., isquemia miocár-

dica). Estudios previos han demostrado que el resultado del

paciente es parecido cuando se administran anestésicos generales,

analgésicos opioides o simpaticolíticos adicionales para controlar

las respuestas autónomas agudas durante la cirugí

a 433,434

. Un

estudio realizado por Monk y cols

. 435

sugirió una correlación

entre la duración de la anestesia con un valor del IBE inferior a

45 y la incidencia de evoluciones clínicas adversas en ancianos

sometidos a cirugía. A pesar del énfasis que se pone en la recu-

peración rápida tras la anestesia ambulatoria, no parece que los

pacientes ambulatorios tengan más riesgo de mantener la cons-

ciencia comparados con pacientes hospitalizados y sometidos a

anestesia genera

l 436

. Desde la perspectiva del paciente, parece que

la calidad de la recuperación mejora cuando se emplea la moni-

torización cerebral en comparación con las prácticas de monito-

rización tradicionale

s 424,431

.

Técnicas anestésicas óptimas

En pacientes ambulatorios, la técnica anestésica óptima debería

conseguir unas condiciones óptimas para la intervención y la recu-

peración «rápida» hasta la actividad completa sin efectos secunda-

rios ni complicaciones postoperatoria

s 7 .

Además de mejorar la

calidad y reducir los costes de los servicios anestésicos, la técnica

anestésica ideal debería optimizar también la eficiencia del quiró-

fano (p. ej., tiempos de recambio) y permitir un alta domiciliaria

más temprana. La anestesia local con sedación intravenosa (p. ej.,

las técnicas de AM), los bloqueos regionales (periféricos), la anes-

tesia raquídea y la anestesia general pueden usarse todos para la

cirugía ambulatoria. Existen diferencias de criterio sobre la «mejor»

técnica anestésica, incluso para las intervenciones superficia-

le

s 309,355,356,437–440

. En lugar de limitarse a generalizar sobre la mejor

técnica anestésica para la cirugía ambulatoria, sería mucho mejor

analizar de forma individualizada cada intervención (es decir, un

abordaje específico por procedimiento

) 306 .

En el actual entorno de control de los costes es importante

valorar también la influencia de las técnicas anestésicas sobre el

proceso perioperatorio, porque los tiempos de recuperación prolon-

gados y la menor eficiencia contribuyen a aumentar el coste de la

asistencia quirúrgic

a 355,356,387 .

Además, la satisfacción del paciente con

la experiencia perioperatoria y la calidad de la recuperación mejoran

cuando la técnica anestésica elegida para la intervención se asocia a

una incidencia menor de efectos secundarios postoperatorios. Por

ejemplo, el uso habitual de fármacos antieméticos profilácticos

durante la anestesia general incrementa la satisfacción del paciente

de las poblaciones de riesgo ambulatorio (p. ej., mujeres no fumado-

res con antecedentes de NVPO o cinetosis

) 140

. Además, el uso de la

infiltración de anestésicos locales y/o el bloqueo de nervios periféri-

cos reduce el dolor postoperatorio tras las cirugías ambulatorias

independientemente de la técnica anestésica emplead

a 402,441,442 .

El tiempo que se tarda en estar preparado para el alta

domiciliaria (es decir, la «adecuación» para el alta) viene condicio-

nado por diversos factores quirúrgicos y anestésico

s 443,444 .

Sin

embargo, los principales factores que contribuyen a retrasar el alta

tras la cirugía ambulatoria son las náuseas, los vómitos, los mareos,

el dolor y el bloqueo simpático y motor prolongado. Aunque es

posible reducir la incidencia de NVPO mediante el uso profiláctico

de fármacos antiemético

s 402 ,

sigue siendo un efecto secundario

frecuente tras la anestesia general y prolonga el alta tras la cirugía

ambulatori

a 138 .

El principal factor que prolonga el alta tras la anes-

tesia raquídea es la recuperación del bloqueo simpático y motor

residual, que contribuye a retrasar la deambulación e impide la

micción. Estos efectos secundarios se pueden reducir mediante el

uso de la denominada técnica anestésica raquídea con minidosis

de lidocaína-fentanil

o 110,440

. Otros motivos de preocupación con la

anestesia raquídea son la lumbalgia, la cefalea tras la punción dural

y la irritación radicular transitori

a 445,446 .

Aunque la AM se asocia a

una mínima incidencia de efectos secundarios postoperato-

rio

s 355,356 ,

la posibilidad de una parálisis nerviosa transitoria es una

preocupación cuando se aplican técnicas de bloqueo de nervios

periférico

s 447–449

. Otro aspecto se relaciona con el hecho de que

muchos pacientes prefieren «estar dormidos durante la cirugía».

El uso de las técnicas de anestesia general modernas con una

ML para el control de la vía aérea asociado a la profilaxia antiemé-

tica y las técnicas de analgesia con fármacos no opioides puede

conseguir la recuperación en un tiempo similar a las técnicas de

MA

C 450,451 .

Los estudios han demostrado que los pacientes ambu-

latorios sometidos a reparación de hernias o cirugía mamaria

pudieron deambular a los 30 minutos y recibieron el alta a los 60

minutos de la anestesia general. Cuando se necesita una intubación

traqueal (p. ej., para intervenciones laparoscópicas, presencia de

factores de riesgo de aspiración [diabéticos, obesos mórbidos, dis-

función esofágica]), el uso de las dosis mínimas eficaces de

analgésicos opioides de acción rápida (p. ej., remifentanilo) o

simpaticolíticos (p. ej., esmolol o labetalol) puede facilitar el

proceso de recuperación precoz y permitir dar de alta antes a los

pacientes tras la cirugía ambulatori

a 117,276,452

.

Los ahorros de costes asociados a estas nuevas técnicas de

anestesia se pierden si las prácticas institucionales indican una

duración mínima del ingreso en recuperación (p. ej., en la URPA

2206

Anestesia por subespecialidades en el adulto

Tabla 68-12

 Efectos de los fármacos anestésicos y cardiovasculares

intravenosos sobre la duración de la actividad convulsiva inducida por

la terapia electroconvulsiva

Aumento Sin cambios

Reducción

Fármacos

anestésicos

Etomidato Metohexita

l * ,

ketamina,

alfentanil

o

,

remifentanil

o

Tiopental,

tiamilal,

lorazepam,

midazolam,

propofol

Fármacos

cardiovasculares

Aminofilina,

cafeína

Clonidina, esmolol,

labetalol,

dexmedetomidina,

nifedipina,

nicardipina,

nitroglicerina,

trimetafán,

nitroprusiato

Diltiacem,

lidocaína

*Cuando se compara con salino, el metohexital reduce la duración de las

convulsiones con la terapia electroconvulsiva.

Aumenta el tiempo de convulsión por su efecto ahorrador de anestésico.

De Ding Z, White PF: Anesthesia for electroconvulsive therapy.

Anesth Analg

94:1351, 2002.