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IV

en el centro quirúrgico de día, el midazolam intravenoso será el

fármaco más útil (1-3mg).

Agonistas

a

-adrenérgicos

La premedicación con agonistas

a

2

-adrenérgicos produce sedación

y ansiólisis al tiempo que reduce la frecuencia cardíaca y la presión

arterial durante la anestesia y las necesidades de opioides tras la

cirugí

a 99

. La clonidina oral, que es el prototipo de agonista

a

2

, se

ha empleado con éxito como premedicación ambulatoria y puede

reducir la hemorragia intraoperatori

a 100

, además de las necesidades

de anestesia y analgesia. La dexmedetomidina es un agonista

a

2

más selectivo, de duración más corta que la clonidin

a 101 .

Dada su

elevada potencia y la acción agonista selectiva sobre los receptores

a

2

, la dexmedetomidina puede ganar aceptación generalizada para

la anestesia ambulatoria. Aunque los efectos hemodinámicos

agudos de este fármaco por vía intravenosa pueden limitar su uso

para premedicación, la dexmedetomidina podría resultar un com-

plemento útil durante la cirugía por sus efectos ahorradores de

anestésicos y analgésicos y la posibilidad de reducir el dolor

postoperatori

o 102 .

Cuando se comparó con el midazolam oral, la clonidina

resultó menos eficaz para reducir la ansiedad, pero consiguió

mayores efectos ahorradores de anestésicos y analgésicos en

niño

s 103,104

. La clonidina también resultó eficaz para reducir el

delirio tras el despertar en la anestesia con sevoflurano

105 .

En los

adultos, el uso complementario de clonidina intravenosa durante

la anestesia redujo los síntomas eméticos tras la cirugía de mam

a 106 .

Se ha observado también que la clonidina mejora el control glucé-

mico de los diabéticos de tipo

2 107

y reduce la isquemia miocárdica

postoperatoria en pacientes con cardiopatías previa

s 108 .

b

-bloqueantes

Parece que el papel de los

b

-bloqueantes está aumentando en la

cirugía ambulatoria por su capacidad de controlar las respuestas

autónomas agudas durante la cirugía, al tiempo que reducen la

necesidad de analgésicos opioide

s 109,110 .

Estudios reciente

s 110,111

han

demostrado un mejor control del dolor postoperatorio cuando se

administraba esmolol como complemento durante la cirugía ambu-

latoria. Los

b

-bloqueantes (p. ej., atenolol, esmolol) suprimen los

incrementos inducidos por la cirugía de las catecolaminas y evitan

los procesos cardiovasculares perioperatorios no deseados en ancia-

nos y pacientes con una coronariopatía de base cuando se someten

a cirugía no cardíac

a 112

. Aunque no se ha estudiado el labetalol, tiene

propiedades

a

-adrenérgicas y

b

-bloqueantes y resulta muy eficaz

para la prevención y el control de las respuestas autónomas agudas

durante las cirugías ambulatorias.

Analgesia preventiva

Mejorar el control del dolor tras la cirugía ambulatoria permite

acelerar la normalización de las actividades de la vida diaria y

mejorar la funcionalida

d 113–115

. Los regímenes de analgesia multi-

modales que incluyen el uso de una combinación de analgésicos

no opioides para reducir la necesidad de analgésicos opioides tras

la cirugía ambulatoria optimizan el proceso de recuperación y

permiten a los pacientes retomar sus actividades normales más

pronto tras el alta domiciliari

a 116 .

Aunque se ha puesto en duda la

utilidad de la analgesia preventiva, el uso de analgesia multimodal

perioperatoria resulta útil porque facilita un despertar más rápido

de la anestesia y un alta más temprana.

Analgésicos opioides (narcóticos)

No se recomienda usar analgésicos opioides para la premedicación

salvo en pacientes que presentan dolor agudo (v. cap. 17). La pre-

medicación con opioides puede aumentar la incidencia de NVPO

y la retención urinaria, lo que puede contribuir a un retraso del alta

tras la cirugía ambulatori

a 82 .

Tradicionalmente, el fentanilo y sus

análogos más recientes se han administrado antes de la inducción

de la anestesia porque pueden reducir las necesidades de anestési-

cos y minimizar la respuesta hemodinámica ante la estimulación

de la vía aérea y la incisión quirúrgic

a 117 .

No está claro si los aná-

logos de fentanilo más recientes y de acción más corta (alfentanilo

y remifentanilo) ofrecen ventajas significativas sobre los compues-

tos tradicionales en lo que respecta a la reducción de los efectos

secundarios perioperatorio

s 118–120

. Sin embargo, el remifentanilo

puede aportar ventajas importantes en situaciones en las que cabe

desear una rápida recuperación de la respiración espontáne

a 121 .

Analgésicos no opioides

Existen discusiones sobre el uso preoperatorio de los antiinflama-

torios no esteroideos clásicos (AINE) por su perfil de efectos

secundarios (p. ej., efecto antiagregante) y su eficacia limitada para

controlar el dolor postoperatorio agud

o 122 .

A pesar de todo, se ha

demostrado que los AINE más recientes son complementos anal-

gésicos útiles como consecuencia de su acción ahorradora de

opioides de larga duración y la ausencia de efectos sobre la función

plaquetaria. Cuando se administran como parte de una técnica de

analgesia equilibrada («multimodal»), combinados con paraceta-

mol y anestésicos locales, los AINE pueden facilitar la recuperación

precoz, reducir los efectos secundarios y acortar el tiempo hasta el

alt

a 4,123

. En muchas intervenciones ambulatorias, el uso de AINE y

anestésicos locales durante 2-3 días adicionales tras la cirugía

permite eliminar la necesidad de analgésicos opioides postopera-

torio

s 124 .

El ketorolaco, un AINE con actividad parenteral, fue más

eficaz que el paracetamol con codeína para prevenir el dolor tras

las intervenciones ambulatorias en niño

s 125 .

Para conseguir el beneficio óptimo de los AINE en el paciente

ambulatorio, se deberían administrar en un protocolo de dosis

«fijas» empezando en el período preoperatorio y extendiéndose

hacia el período posterior al alt

a 126 .

Para reducir el riesgo de hemo-

rragia en el lecho quirúrgico y la toxicidad renal tubular y sobre la

mucosa gástrica, los inhibidores más selectivos de ciclooxigenasa

2 (COX-2) se pueden emplear como alternativas a los AINE no

selectivos durante el período perioperatorio. La administración de

celecoxib perioperatorio (400mg) reduce el dolor y las necesidades

de opioides analgésicos en el postoperatorio, lo que mejora la satis-

facción del paciente con la calidad de la recuperación tras la cirugía

ambulatori

a 127–129

. La adición de dexametasona a un inhibidor de

COX-2 consigue mejorar todavía más la analgesia postoperato-

ri

a 130 .

También se ha demostrado que la gabapentina ofrece un

beneficio analgésico significativo en pacientes ambulatorios cuando

se administra como premedicació

n 131 .

Prevención de las náuseas y los vómitos

Las NVPO siguen siendo un problema frecuente tras la anestesia

general y contribuyen a la falta de satisfacción del paciente con su

experiencia quirúrgica ambulatoria

(v. cap. 76 ) 1,132 .

Cuando se preguntó

a los pacientes sometidos a una valoración preanestésica por los efectos

secundarios postoperatorios quemás le preocupaban, las NVPO repre-

sentaron un 49% de las respuesta

s 132 .

Más del 70% de los pacientes

consideraron que evitar las NVPO era muy importante. De hecho, los

pacientes se mostraban dispuestos a pagar una gran cantidad de dinero

de su propio bolsillo para evitarla

s 133 .

Los vómitos pueden retrasar el

alta y condicionar un ingreso hospitalario no planificad

o 11,25,134,135

. El

tipo de cirugía, la selección de la técnica anestésica y el uso de analgé-

sicos opioides pueden influir en la incidencia de NVPO

( tabla 68-6 )

.

Los factores adicionales que condicionan la incidencia de NVPO son

los trastornos médicos preexistentes (p. ej., cinetosis), el sexo, el taba-

quismo, el embarazo, la fase del ciclomenstrual, el estadode hidratación

preoperatoria y la hipotensión postoperatoria (secundaria a la simpa-

tectomía residual, la deambulación prematura

) 136 .

La incidencia de

2192

Anestesia por subespecialidades en el adulto